Lo vivido en la tarde de ayer, en la finca 'Toros de Brazuelas', no fue más que el aperitivo de lo que nos espera la tarde del 11 de mayo en el coso vallisoletano del Paseo Zorrilla, en el primero de los festejos de montera en honor a San Pedro Regalado.
Dos toreros de Valladolid se verán las caras en uno de los manos a manos más esperados por la afición y que tanta ilusión está despertando en los mentideros taurinos. Dos toreros de distinto corte, pero que atesoran una gran calidad: Daniel Medina y Mario Navas, en un duelo inédito en nuestro coso, ya que nunca se dio esta circunstancia: un festejo lleno de vallisoletanismo por los cuatro costados gracias a Tauroemoción, la nueva empresa que apuesta por la modernidad y el futuro.
El primero de ellos, Daniel Medina, de Laguna de Duero, tiene un corte exquisito, y aparte de su plasticidad y estética toreando, maneja las telas con un temple prodigioso que le servirá para seguir sumando tardes de triunfo.
El segundo, Mario Navas, hijo del banderillero Félix Navas, viene de triunfar en la primera de sus comparecencias abrileñas en Las Ventas, lo que le ha valido ganarse el hueco dejado este domingo por el buen torero sevillano Manuel Vázquez, que no podrá comparecer por estar cogido.
Es Navas un torero con un gusto exquisito tanto con el capote como la muleta. Un torero clásico acompañado de cierta sevillanía en el trazo de los muletazos.
Dos toreros con un futuro prometedor y que han despertado la ilusión de la afición vallisoletana.
Y para rematar el cartel con sabor vallisoletano no podía faltar una de las ganaderías que se rifan, y así me consta, los toreros: Toros de Brazuelas, que recientemente ha lidiado en el coso venteño dejando un buen sabor de boca, tanto en los profesionales como en la afición. Las dos vacas de Brazuelas permitieron el lucimiento y hacer el toreo de buen gusto a ambos novilleros.
Decía un veterano matador de toros que llegar a ser un buen ganadero es casi más difícil que ser figura del toreo, pero es totalmente imposible serlo si antes no se es un buen aficionado. Y Jesús Pérez Carbonero, titular del hierro Toros de Brazuelas, está demostrando sin duda alguna que lo es.
Y todo esto, no sería posible sin el buen hacer, el acierto, la ilusión, el trabajo y el cariño que pone la empresa adjudicataria del coso vallisoletano: Tauroemoción que, en muy poco tiempo, ha conseguido devolver la ilusión a la tan castigada afición vallisoletana. Ha devuelto el toreo a la universidad y a la sociedad vallisoletana, de donde nunca debió salir.
Es por ello, por lo que todos, aficionados y no aficionados, tenemos que corresponder a este esfuerzo de la empresa, sobre todo en lo que a la novillada se refiere, aportando nuestro granito de arena acudiendo a la plaza.
Se trata de un cartel inédito, puramente vallisoletano, formado por dos toreros que están llamados el día de mañana, por las condiciones que atesoran, a ser alguien en este dificilísimo, pero a la vez apasionante mundo taurino. Y por una ganadería que hoy por hoy se la rifan los toreros.
En el tentadero no faltó el típico “capa que hace tapia”, como se decía antiguamente; en este caso es un estudiante y alumno de la Escuela Taurina de Salamanca, Jaime; hijo del crítico taurino Juan García Tejedor que se puso delante de las dos vacas y, aún verderón por sus 15 años, anunció el aprendizaje que está recibiendo en la escuela charra.
No faltaron personajes conocidos del mundo taurino como Fernando Fernández Román y quien fuera matador de toros de mucho fuste, Manolo Sánchez, apoderado de Navas. Y también la presencia de nacho de la Viuda, director operativo de Tauroemoción.
Nosotros fuimos acompañados de mi colega José Antonio Del Val, Javi Martín y Santos García Catalán, donde disfrutamos de una tarde deliciosa.
Aficionados: en Valladolid, de nuevo, se siente el toreo ¡Nos vemos en los toros!