Siempre es un honor asistir a la ceremonia de entrega de los Premios de Castilla y León que se realiza en el marco de la fiesta de la Comunidad el próximo día 23 de abril. Una fiesta que se celebra entre la desafección de muchos y la indiferencia de la mayoría. Aparece en el calendario como un día festivo más, que en esta ocasión ha dado pie a un puente que para muchas lo que ha permitido es organizar una escapada con un tiempo casi veraniego que acompaña muchísimo para disfrutarla plenamente.
Magníficos premiados
Asistí a la ceremonia de los premios y me encantó conocer a los premiados y poder charlar con algunos de ellos, que incluso en algún caso conocía personalmente. Personas excelentes que representan en cada una de las categorías en las que fueron premiados a los mejores. René Jesús Payo, premio merecidísimo a las ciencias sociales y humanidades hizo una maravillosa intervención en nombre de todos los premiados en la que pudo glosar los méritos de cada uno de ellos además de las excelencias de esta tierra.
Otorgar el premio de las Artes a la Casa de Lis, situada en Salamanca es un verdadero acierto, su director Pedro Pérez Castro la ha dirigido siempre con muy buen criterio y con un conocimiento del 'art deco' excepcional que hace que contemos en esta Comunidad con la mejor colección de este arte de nuestro país y que muchos desconocen. Me parece que es una ocasión para promocionarlo de nuevo y eso siempre es necesario para que el resto de la Comunidad sepa lo que hay en otras provincias. Esta es una de las carencias que tenemos, en muchas provincias no sabemos lo que podemos encontrar en otras. Debería de hacerse un esfuerzo mayor por dar a conocer nuestra riqueza entre las diferentes provincias.
Premio de Medio Ambiente
Eché de menos la categoría de medio ambiente y de más la de tauromaquia. Castilla y León es una de las regiones más ricas de Europa en recursos naturales y en biodiversidad. Esta categoría que existió durante 27 años, desde 1989 hasta 2016, premiaba a aquellos que se distinguían por su labor en pro del medio ambiente de esta tierra. En un momento en que la sostenibilidad es absolutamente imprescindible, que cualquier actividad tiene que acreditar tener muy presente una acción sostenible, estaría justificadísima su existencia puesto que representaría un estímulo más al buen hacer en esta materia. Vivimos un tiempo en el que es imprescindible acreditar acciones que luchen contra el cambio climático, que mitiguen los efectos de la actividad humana sobre los recursos naturales, en definitiva, reconocer a los que se distinguen por estas acciones si me parece que tiene altura de Comunidad, y es digno de contar con una categoría en estos premios.
Sinceramente no entiendo la categoría de la tauromaquia y, menos aún, que el premio recaiga en una cirujana. Pues pienso que será la especialidad medica en este caso lo que importa, no que a las personas se las intervenga porque ha sido un toro el que ha provocado la lesión o que te caigas esquiando, por ejemplo. La verdad es que se cambian categorías de premios que no tienen ningún sentido en pro del interés general, más bien parecen acreditar la decisión caprichosa de alguien a quien le gusta una actividad. Creo que los premios a los mejores de distintas categorías en nuestra Comunidad son mucho más que el gusto o parecer de una persona.
Renovación de la ceremonia de los premios
Por otra parte, creo que la ceremonia como tal también viene necesitando lo que ahora se denomina un 'restyling' y me explico: el escenario es el mismo de hace ya 21 años, se estrenó en 2003 y en ese momento estaba fantástico, pero ya han pasado 21 años. Los premios cumplen ahora 40 y lleva ya la mitad de su vida. Se ve un poco como esos concursos de televisión de canción de hace ya algunos años. El propio desarrollo del acto con los premiados sentados sin intervenir en nada. Podía ser algo más natural que permitiera que hablaran cada uno de ellos con una actividad mas activa en la que alguien les hubiera preguntado y hubieran podido responder a aquellos temas que mejor conocen. A todos nos hubiera encantado escucharles.
Un acierto absoluto la música de Siloé, estuvieron soberbios, aunque se hizo corto y no estaba bien que tuvieran que compartir el escenario con los premiados y colocados en una esquina desde la que muchos de los que espectadores no podían verles según la ubicación que tuvieran.
La verdad es que podían haber continuado su actuación durante el coctel de tierra de sabor que estuvo muy bien montado, y con productos de todos los rincones de las nueve provincias de Castilla y León, y muy bien servido por Emilio, el chef del restaurante suit 22.
En Castilla y León hay más acontecimientos que Villalar
El próximo día 23 será de nuevo la fiesta en Villalar, un lugar que no es compartido por todos los castellanos y menos por los leoneses. El lugar en que Juan Bravo, Padilla y Maldonado perdieron la batalla contra Carlos V y fueron decapitados. Algunos se empeñan en que este tiene que ser el lugar de la celebración del día de la Comunidad, pero es que ni siquiera tenemos sentimiento de fiesta de Comunidad, porque en Castilla y León el sentimiento que prima es el provincial, cada una de las nueve provincias, de allí somos cada uno de nosotros. No nos sentimos castellanos y leoneses, nos sentimos abulenses, burgaleses, palentinos, leoneses, salmantinos, segovianos, sorianos, vallisoletanos o zamoranos. Esta Comunidad se creó a partir de la Constitución de 1978 y su formación respondió a una decisión a caballo entre lo administrativo y la política, y por eso no podemos tener sentimiento de Comunidad, esto nos resta fuerza en muchas de nuestras reivindicaciones, pero yo creo que obedece a muchas otras razones, no exactamente a la falta de sentimiento autonómico.