Miranda do Douro 'presume' de cultura en Sligo (Irlanda)
De mano de Mario Correia, primero en Porto y después en Sendim, en sendos festivales, Miranda do Douro y Sligo (Irlanda) -con muchos lazos en común, no sólo la música, sino también la lengua propia, quizás la naturaleza y toda su etnografía ancestral- han logrado ampliar una relación que se asoma fecunda y duradera. De esta manera, una delegación del municipio portugués, encabezada por el presidente de la Câmara Municipal, Artur Nunes, y compuesta por los pauliteiros de Palaçoulo -qué buen hacer en la conjunción de sus lazos- y el grupo Las Çarandas, visita este fin de semana la bella ciudad de Sligo (Irlanda). En la ciudad fueron recibidos por el presidente de la ciudad, Hubert Keany, quien abrió una agenda repleta de actividades, convenios y visitas.
Todo ello porque la Câmara Municipal de Miranda do Douro busca abrir nuevos horizontes más allá de las fronteras de Iberia. Así, de la mano de la Cultura, con el hacer de Mario Correia, se han abierto puertas a la cooperación económica -fundamental en estos días para revitalizar la vida de los muncipios y productores artesanales transmontanos.
Bien sabido es que la Cultura es la llave que abre las puertas a otras formas de cooperación. Pero esa cooperación que se inicia con la Cultura va mucho más allá, ya que la delegación que visitó Miranda do Douro el pasado año en la Feria dos Sabores, se interesó por la exportación de productos agroalimentarios autóctonos de la Terra Mirandesa, como el vino -con la Adega de Sendim a la cabeza, el aceite de oliva y productos artesanales como los frutos secos y los dulces-, y la artesanía tonelera.
Sligo, donde abundan las conchas -el mar, la mar...-
El viajero se encuentra en Irlanda, un mundo al revés en el Reino de Gandalf, pero mágico donde el verde es puro... La pureza de un territorio al que los antiguos vikingos llamaron 'la tierra de Eire'. Concretamente en Sligo (en irlandés: Sligeach), un condado de la provincia de Connacht, en el oeste. El nombre Sligeach significa "área en la que abundan las conchas", por eso del mar, donde es virulento y frío. Y el hotel... puro estilo irlandês entre abadía y palacio. Una zona que sobrecoge por su gran belleza paisajística, como el lago (Lough) Gill con el bosque de Hazelwood, el lago Arrow, las colinas de Benbulben, y Knocknarea donde se encuentra la tumba megalítica de la famosa Reina Maeve (Maedhbh, en gaélico) y playas frecuentadas por surfistas de toda la isla. Unos caminos que el viajero deja para la jornada siguiente.
Sligo también es conocido por su activa vida cultural, que a veces parece desproporcionada para su tamaño. Existen varias galerías de arte, como la Modern Art & Niland Gallery y otras más pequeñas, que mantienen constantes exposiciones de pintura y arte en general, amén de festivales de música tradicional y clásica realizados anualmente en varios lugares del condado. Además, el poeta W.B.Yeats estuvo muy vinculado a Sligo. Gran parte de sus escritos describen los alrededores de Sligo. Yeats pasó parte de su juventud en Sligo y tras su muerte en 1939 fue enterrado en el cementerio de Drumcliffe, Condado de Sligo.
Sligo tiene una emocionante vida nocturna, de hecho, es un recurso popular tanto para residentes locales como para una enorme población estudiantil. Tiene varias discotecas y bares abiertos durante todo el año situados especialmente a la orilla del río. Comentan al viajer que la ciudad se ha convertido en los últimos años en el destino elegido para realizar las despedida de soltero de todo el país.
Como el día no daba más de sí, tras una emocionante puesta de sol y el sonido del río Garavogue entremezclado con la música de la gaita de foles... el viajero da cuenta de una magnífica cerveza negra -de baja graduación- en el pub Thomas Connolly, donde los lugareños le dan al codo y los camareron tiran litros y litros de negro licor... Aunque el mundo circule al revés, el viajero siente magia y cautivación por estos territorios de guerreros, magos y brujas en el refugio de un hotel, Clayton, que de antigua abadía -muy al estilo irlandés de roca negra- se ha convertido en un lugar donde pasar una noche como si fuera en un sueño encantado... Mañana más y mejor, cachis!
REPORTAJE GRÁFICO LUIS FALCAO