El Municipio de Braganza -aquí sería la ciudad- cierra la XI Bienal de la Máscara - Mascararte con el tradicional desfile de caretos por el centro histórico. Cientos de mascarados y miles de espectadores se han divertido 'de lo lindo' con las juergas que se montan estos simpáticos duendes o demonios.
Para la clausura, qué menos ser el día más divertido que, como es tradicional, finaliza en la Ciudadela o el Castillo de los duques de Braganza, cuna de la nación portuguesa, con la quema del 'Mascareto', este año una 'filandorra', con el debido perdón de Ferreras de Arriba, de diez metros de altura que ardió y de qué manera al son de los chillidos, conjuros y gritos de los mascarados. Es que en esta edición, la temática estaba referida a los personajes femeninos de las mascaradas del Distrito de Braganza y de la provincia de Zamora.
Entrando ya en el evento, es preciso recordar que, en el mundo de la máscara, son conocidas las mujeres como filandorra, madama, velha o beilha, sécia o mascarinha y asumen, desde sus inicios, un importante papel en la tradición de las Mascaradas en el distrito de Braganza como también en la provincia de Zamora. Por eso, el título que preside esta edición, con la mujer como el tema central sobre el que ha girado todo el programa.
Por la mañana, en el Centro Cultural Municipal Adriano Moreira tuvo lugar la mesa redonda sobre 'Recrear/Crear a partir de las tradiciones', como es el caso de un proyecto aglutinador presentado por Miguel Moreira e Silva, José Pedro Teixeira y Ana Suzete Lopes, donde el arte contemporáneo, en sus facetas artísticas y audiovisuales, también maman de la tradición. Al mismo, además, asistieron los vereadores João Augusto Cides Pinheiro, Fernanda Maria Fernandes Morais Vaz Silva, Miguel José Abrunhosa Martins y Olga Marília Fernandes Pais.
La Mascararte
La Mascararte es un evento organizado por la Cámara Municipal de Braganza, presidida por Hernâni Dias -que se encontraba en labores políticas en Lisboa con el PSD-, que busca la promoción de la región a través de la cultura, a la que se asocia una imagen pedagógica, que al repescar un pasado mágico para traerlo al presente busca una interacción intergeneracional, un diálogo entre sensibilidades distintas y, a su vez, una lucha para recuperar el desconocimiento del pasado cultural tan importante para la identidad de esta tierra transmontana.
Es que, más que nada, Mascararte es, además, una muestra de las manifestaciones culturales identitarias de un pueblo que, de otra forma, estarían reservadas a un espacio reducido. Además, estas tradiciones del pasado, en este caso las máscaras y todo el mundo que las rodea, desde el artesano o artista, hasta el careto que las porta o la joven que 'las sufre', se dan la mano también con la modernidad, en cuanto, como arte en su confección, no pueden quedar ancladas al pasado.
Más pertinente que otras cuestiones como el arte o la tradición en sí misma, es la despoblación que viven las aldeas, tanto transmontanas como zamoranas que, a falta de jóvenes que las porten, mucho nos tememos que, en un espacio de tiempo más que reducido, todas estas manifestaciones ancladas en la raíz más popular pueden llegar a desaparecer. Y, este, debe ser y es uno de los principales acicates que debe tener y tiene la Bienal de la Máscara.
Y como bien decía el presidente Hernâni Dias en la presentación, hay que reconocer que existe "una masificación de este tipo de eventos, lo que lleva a pensar en la manera de cómo organizarlos e, incluso, hasta la posibilidad de realizarse en colaboración con otras autarquías". Así, desde la Câmara creen que "es necesario realizar un diálogo sobre esta materia para que los eventos puedan celebrarse de manera articulada, equilibrada y debidamente coordinada para no tener problemas".
"Las campanas de la torre de la Sé daban las ocho. Era una noche de niebla, no se veía más de tres palmos de distancia, él apareció de la nada en lo alto de la torre de la Catedral. Él es el creador de todos los hombres, emperador del alma colectiva, él es el Diablo de la Sé".