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Región

Puente, contra los prejuicios cómicos sobre Valladolid

30 marzo, 2017 19:16

Las redes sociales las carga el diablo, como se ha podido ver ayer con la condena a Cassandra, en anteriores entregas a César Strawberry o en otras ocasiones sin consecuencias judiciales pero sí mucho bombo mediático. Por eso, los dirigentes y personalidades han de andarse con ojo a la hora de departir como si la barra del bar se tratase, pues estamos en la época donde una opinión puede valer una sentencia condenatoria o el escarnio más generalizado.

Bien es sabido que el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, es un prolífico usuario de twitter y en su cuenta se mezcla su papel de regidor de la ciudad con su opinión personal, lo que desconcierta y cabrea a muchos, y otros ven como signo de cercanía a la calle.

Son varias las veces que se ha visto envuelto en alguna pequeña trifulca, sin importar quien tuviera enfrente. Ciudadanos, periodistas o cuentas anónimas con miles de seguidores, no importa el rival si tienes un buen ataque. Precisamente con esta última categoría, la de cuentas muy seguidas que parodian la realidad, es con la que Puente ha tenido el último enganchón.

Todo se inició poco antes de las 21.30 horas del miércoles, 29 de marzo, cuando esa archiconocida cuenta que parodia en español a Kim Jong-un (@norcoreano) lanzó un tuit en relación a la polémica con el autobús tránsfobo de Hazte Oir. En él se hace referencia a que en la única ciudad donde saldría bien parado, y por la puerta grande, sería en Valladolid. Lo que enraíza en ese manido concepto de ‘fachadolid’ acuñado en la década de los noventa.

La reacción del primer edil no se hizo esperar, reprochando la actitud del tuitero, a quien ha tildado de seguir en el neolítico y de utilizar prejuicios y clichés manidos. Una respuesta que denota la ofensa que supuso para el alcalde, que defiende la honorabilidad de una ciudad.

Se entra en el terreno de los límites del humor, que está muy en boga en la actualidad y presenta dos facciones muy enfrentadas: los que creen que el humor es humor y siempre va a ofender a alguien, y los que opinan que hay que ponerle barreras. Cada cual que juzgue por sí mismo.