‘La Batalla de Atapuerca’, Fiesta de Interés Turístico en la Comunidad
Buenas noticias para Burgos y los burgaleses. ‘La Batalla de Atapuerca’, que se celebra cada verano en la localidad burgalesa ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León por la Consejería de Cultura y Turismo.
Según consta en la Orden publicada este lunes en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), el Ayuntamiento de Atapuerca presentó la correspondiente solicitud y la documentación preceptiva para pedir la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León a favor de 'La Batalla de Atapuerca'.
Conforme a lo dispuesto en la normativa reguladora la Comisión Permanente del Consejo Autonómico de Turismo de Castilla y León examinó la solicitud en la sesión celebrada el 17 de marzo con propuesta de resolución estimatoria, por considerar que la mencionada fiesta cumple con lo establecido en la Orden de 14 de marzo de 1995.
'La Batalla de Atapuerca' recuerda la fratricida contienda que enfrentó el 1 de septiembre de 1054 a Fernando I, rey de León y conde de Castilla, y a su hermano García Sánchez III 'el de Nájera', rey de Pamplona, ambos hijos de Sancho III el Mayor.
Casi mil años después, más de 200 vecinos de la localidad burgalesa caracterizados de soldados, campesinos y caballeros sobre sus monturas recrean escudos y espadas en mano esta batalla organizada por la Asociación Cultural Amigos de Atapuerca que regresa cada año y por un día a la Edad Media para dar a conocer la historia de los reinos de Castilla y de Navarra.
La representación, que se celebra al aire libre en la ladera de la iglesia de San Martín, tiene sus antecedentes en la distribución del reino de Navarra impuesta por Sancho III el Mayor entre sus hijos tras entregar a su primogénito, García, el reino de Navarra, mientras que el Condado de Castilla pasó a Fernando quien, años después, prometió parte de sus territorios castellanos al navarro en agradecimiento a su ayuda en la batalla de Tamarón que enfrentó al rey leonés con su cuñado, Bermudo III.
Según el Monje de Silos, García, celoso de las posesiones de su hermano, aprovechó una visita de Fernando a Nájera para atentar contra su vida. Al poco tiempo y tras curarse de una enfermedad que le tuvo al borde de la muerte, un arrepentido García devolvió la visita a su hermano para hacer las paces con él pero Fernando no quiso perdonar la afrenta e hizo que encadenasen y encerrasen al navarro en una torre del Cea de la que logró escaparse y, en venganza, declaró la guerra al castellano.
Así, el 1 de septiembre de 1054 las huestes castellanas y leonesas chocaron en Atapuerca. Al parecer, aunque Fernando I de Castilla intentó resolver el litigio con el envío de varias embajadas finalmente fue él quien atravesó los límites de su reino para salir al encuentro de su hermano.
Según los datos recabados por la Asociación Cultural Amigos de Atapuerca, en los Anales Compostelanos se puede leer: "En la era MLXXXII, el primer día de septiembre fue matado el rey García luchando con su hermano el rey Fernando en Atapuerca por un caballero suyo llamado Sancho Fortún a quien había injuriado con su mujer".
Sin embargo, la crónica najerense responsabiliza de la muerte de García a unos fieles parientes del rey Bermudo que, empujados por su viuda, la reina Sancha, se lanzaron furiosamente hacia el navarro contraviniendo la intención manifestada por Fernando de capturar vivo a su hermano.
Aterrado por el inesperado desenlace, el castellano renunció a perseguir a los navarros que supieron defenderse, recogieron a su rey para llevarle a enterrar a Nájera y aclamaron en el mismo campo de batalla al hijo y sucesor Sancho, un adolescente de unos 15 años que pasó a la historia como 'Sancho de Peñalén' y al que su tío leonés prometió guardar bajo su protección como rey imperante en Hispania.
Se concertó entonces la recuperación de territorios castellano-alaveses y la frontera de ambos reinos en línea con el Ebro desde el camino de Santiago en Logroño como término de paz.