Valladolid-Whatsapp-Grupos-de-padres-1

Valladolid-Whatsapp-Grupos-de-padres-1

Región

Polémica en las aulas por los grupos de WhatsApp para padres

7 mayo, 2017 04:02

Fotos de la barbacoa del fin de semana, postres que se elaboran en casa con todo el mimo y que tienen una pinta fabulosa y para chuparse los dedos, vídeos con los goles de tu equipo favorito… de todo esto y mucho más se puede ver en  los grupos de WhatsApp para padres que han llegado al ámbito educativo para quedarse, pero también para abrir el debate y, sobre todo, la polémica.

Polémica porque los expertos cuestionan, en este nuevo fenómeno que afecta a centros públicos como privados, la sobreprotección que tanto madres como padres hacen de sus hijos y en los que se gestiona la organización de las actividades, los deberes, e incluso las excursiones reduciendo considerablemente la capacidad de los pequeños.

Además, y lo que es más preocupante, estos grupos virtuales se han convertido en una herramienta que cuestiona el trabajo de unos docentes que pierden legitimidad en beneficio de una nueva moda que cada vez gana más adeptos.

Orígenes de un fenómeno que crece día a día

El poder de WhatsApp es por todos conocido. El servicio de mensajería instantánea que envía y recibe mensajes a través de Internet y que fue fundado en 2009 por Jan Koum, fue desde sus orígenes “un éxito indiscutible” atrapando incluso a personas que “en principio eran reacias”, como afirma Israel Gómez, sociólogo en ZIES Investigación y Consultoría.

“La posibilidad de crear grupos para compartir información y conversaciones ha llegado de forma natural” también a las aulas, como asegura el también miembro de la Junta Directiva de SOCYL (Asociación Profesional de Sociología de Castilla y León), que apunta además que estos grupos “generan más ‘ruido’” en la mayoría de las ocasiones que “información veraz o de calidad” y que “buscan más la protección o un mayor control sobre los hijos dependiendo de las características de cada padre”.

Israel Gómez añade que estos “elementos extraños en el aula” tienen “efectos negativos más que positivos” ya que “dificultan la atención hacia la enseñanza” primero y suponen un trabajo extra para los profesores que deben “gestionar el uso de una aplicación como Whatsapp durante el horario lectivo”.

El WhatsApp y sus grupos, llegaron para quedarse.

Pérdida de responsabilidad en el alumno que repercute en el futuro

Por la misma senda caminan las palabras de Sara García Fernández, residente de psiquiatría en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, que recalca la “problemática que han generado estos grupos artificiales” que se mueven “en unas circunstancias que en la vida real no se producen” ya que en el colegio “los jóvenes alumnos están solos, sin sus padres”.

Unos padres que, como apuntilla, buscan “esa seguridad que sus homónimos les pueden transmitir” y que hace que “tengan que estar al tanto de todo lo que el niño hace en el aula”, algo que está muy ligado a la Sociedad de la Información en la que “queremos tener todo controlado” gestionando lo que está a nuestro alrededor para “que nada salga de la espontaneidad o fruto del error”, lo que sería muy positivo para alumnos de edades reducidas a la hora de crecer como personas.

“Igual que nuestros padres no se meten en nuestros trabajos, en lo que hacemos o no, los niños tienen como tarea el acudir al aula, saber los deberes que tiene que hacer y asumir las consecuencias de las cosas que hacen mal por ellos mismos”, asegura la psiquiatra que explica además que en ciertas ocasiones parece que “el alumno es el padre”.

Visión positiva de una madre

Lejos de las dos visiones de los especialistas se encuentra la de la madre de un alumno de infantil de un colegio público de Valladolid, que a diferencia de muchos otros padres, encuentra en estos grupos de WhatsApp un elemento para “obtener información de cosas relacionadas con el colegio”.

“Mi hijo está en infantil y no se habla de los deberes. Comentamos, cuando hay un cumpleaños, que los demás no lleven almuerzo por si se les va a invitar a algo o si se va a celebrar alguna actividad de teatro organizado u otras cosas de este estilo pero nada relacionado con la labor del profesor”, asegura esta madre.

Además, señala tajante que en su caso no se ha producido ningún problema ni altercado con el trabajo del docente en el aula como si ha ocurrido en otras ciudades como Vigo, donde un fiscal solicitó una multa de 1.095 euros para una madre por un delito de calumnias tras escribir en el foro que la maestra maltrató a su hijo y se comió su bocadillo de la merienda.

Útiles si se les da un uso adecuado

Precisamente, los profesores son los que más tienen que perder dentro de este círculo vicioso de los grupos de WhatsApp y las quejas de estos por el uso que algunos padres y madres hacen de estos aumentan cada año con las falsas acusaciones (como la anteriormente expuesta) o el cuestionar los métodos del docente en el aula como principales prácticas habituales y sumamente negativas para el ambiente en clase.

Sin embargo, una profesora de infantil del colegio Jesuitinas de la capital del Pisuerga deja constancia de que, según su experiencia personal, estos elementos puedes ser útiles “para conocer y hablar sobre las fechas de las reuniones de padres y acaban siendo un buen medio para que las familias se pongan en contacto”.

Por el contrario, no duda en afirmar también que estos grupos “pueden dar lugar a malinterpretaciones” porque en ellos “se preguntan cosas cuyo destinatario debería ser el profesor” y defiende que no hay excusas ya para hablarlo con él porque “todos los colegios cuentan con medios de comunicación y plataformas directas para preguntar lo que quieran de manera inmediata”.

Al final, y como apuntan los cuatro entrevistados, como todo elemento novedoso como son en este caso los grupos de WhatsApp, si se enfocan bien y se les da un uso adecuado pueden ser muy útiles por su inmediatez y porque puede facilitar el proceso comunicativo de manera instantánea. No hay que caer en malas prácticas y aprovecharse de los aspectos positivos de estos.