A unas horas de cumplir dos años como alcalde de Zamora, Francisco Guarido hace balance de la mitad de la legislatura, dos años que no han sido fáciles para el único regidor de Izquierda Unida en una capital de provincia en España.

"El Ayuntamiento ha tomado un rumbo diferente estos dos años, diferente y positivo", valora Guarido, para quien se han hecho "algunas cosas muy bien", como por ejemplo la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica, "que sí importan a una gran parte de la sociedad". De hecho, subraya que han pasado por el Ayuntamiento bastantes familiares a recoger los certificados que ha mandado el Ministerio de Justicia reparando en lo moral a los funcionarios destituidos

"Luego hay cosas que nos van saliendo en el día a día moderadamente bien", admite con autocrítica. "Y en ese cambio de rumbo es donde hay cosas que se van perfeccionando en el Ayuntamiento que hace dos años era una máquina absolutamente parada".

En el cajón de los aspectos positivos, el alcalde destaca "una gestión económica muy buena, poniendo la deuda a cero e incluso bajando moderadamente algún tributo como el IBI y la tasa de basuras. Hemos logrado tener un buen superávit que estamos inviertiendo razonablemente bien", como los proyectos de asfaltado, los contratos que aún quedan por ejecutar del remanente de 2015, "y ahora con el nuevo plan de empleo donde hemos metido muchos técnicos se van a hacer muchos proyectos para el superávit de 2016, que se van a ejecutar en 2018". "Solo en asfalto, es más lo que se ha hecho este año que en los cuatro anteriores".

Igualmente, subraya en la gestión de servicios públicos la licitación de alguno de los contratos que estaban caducados -"no podemos hacerlo todo a la vez"-: las piscinas, la ORA, inminente va a ser los aparcamientos subterráneos y una empresa finalizará el pliego de basuras, ya que "los servicios técnicos no tiene elementos humanos suficientes para hacerlo todo". También será una empresa quien redacte el pliego del alumbrado, y el de jardines ya está en contratación. El alcalde recuerda que muchos de estos contratos llevaban caducados entre 4 y 15 años.

En el plano político destaca "la transparencia, la austeridad, la política de sueldos que nos ha permitido ahorrar 500.000 euros en los cuatro años. Es un gobierno que aún estando en minoría hemos logrado un acuerdo con Cs y los no adscritos, un acuerdo presupuestario que está funcionando bastante bien y que espero repetir para el 2018. Somos capaces de tender puentes con la oposición y el que se ha quedado prácticamente aislado es el PP. Estamos contentos. Hasta ahora no hemos perdido ninguna votación de expedientes".

En resumen: una buena gestión económica, cambio de rumbo en el Ayuntamiento con transparencia, austeridad, más obras y doble de inversión cuando nos los técnicos del plan de empleo redacten los proyectos, "que faltaba un cajón con proyectos de donde ir tirando cuando hay dinero".

La preocupación, el tema vecinal, que tiene un contrapunto de los presupuestos participativos, aunque "que no viene a suprimir la relación con las asociaciones de vecinos, pero es verdad que hemos tenido cierta frustración", reconoce Guarido, quien admite que, como alcalde, "siendo sincero tenía que pisar más la calle yo, pero también tengo que decir que es muchísimo trabajo el que hay que hacer en el edificio del Ayuntamiento. Se necesita un corazón interno que impulse constantemente toda la energía por las tuberías del ayuntamiento para que la máquina se mueva, y ese papel lo estoy cumpliendo yo. Espero a partir de ahora tener un respiro para estar más en la calle para ver esas necesidades, que también lo hago, pero que me gustaría que fuera más".

De lo que no le cabe duda es que la confianza recobrada en la sociedad: "la gente sabe que este gobierno aparte de austero, es transparente, es un gobierno que no roba, que se tiene confianza en todo lo que hace y por el que se pone la mano en el fuego. Yo creo que se sigue pensando de la misma manera en la calle, igual que el 13 de junio de 2015".