Foto Triana y Monserrat

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Región

Triana y Monserrat se sienten amenazadas y acosadas en la cárcel

15 junio, 2017 20:21

Monserrat González y Triana Martínez, madre e hija, ambas cumpliendo penas de cárcel por el asesinato de Isabel Carrasco, ex presidenta de la Diputación, se sienten acosadas y amenazadas en la prisión de Valladolid, según el texto de una carta que Triana ha remitido al Ministerio del Interior y al secretario general de Instituciones Penitenciarias.

La carta ha sido remitida a algunos medios de comunicación, entre ellos el digital Ileón, de la capital leonesa. En el texto, Triana ruega que “vele por la integridad física y psicológica tanto de mi madre como mía y de mi familia, pues desde León sí que se ha preparado un plan, pero un plan para condenar injustamente a tres mujeres, sin usar ni una sola prueba contra Raquel ni contra mí y haciendo uso de un medio de comunicación tan corrupto, como todo lo que estoy viendo que hacen, el Diario de León”.

Y solicitan el traslado a otra prisión más cercana a algunos de sus familiares, ya sea su padre, abuela o tías: “Y nos acerque, como lleva pidiendo mi padre (art. 25 CE y 1 LOGP) pues los criterios de actuación de la SGIP deben ir encaminados a evitar el desarraigo familiar (art. 12.1 LOGP + art. 63 LOGP), a una de las prisiones disponibles donde tiene residencia él o algunos de nuestros familiares y amigos, como exige el cumplimiento de la ley (ya que carecemos de sanciones disciplinarias, estamos siendo víctimas de una discriminación por la parte de los Centros Penitenciarios León y Valladolid), y ya que llevamos un año sin poder ver tanto a mi padre como a mi abuela de 88 años y las tías y demás familia y nos necesitamos, pues estamos viviendo una auténtica tortura psicológica en este centro, donde nos mandan desde León para poder continuar su encargo”.

Y asegura que no se les permite realizar actividad alguna en la prisión: “En el año que llevamos en el C.P. Valladolid, la dirección del centro no nos ha dejado hacer ni una actividad, exclusivamente a nosotras dos. Llevamos mirando a la pared, donde crece musgo, un año, no me ha autorizado ni a hablar con mi pareja ni a vernos (a las demás sí y sin aportar ellas acreditación alguna, como yo sí he hecho), de hecho a él hasta le suelen presionar con que me deje cada dos días desde entonces”.

Triana asegura en su carta que “llevamos amenazadas y acosadas por algunas internas desde octubre, poniéndolo en conocimiento tanto del Centro como de SGIP. Apenas podemos ir a las duchas comunes, por miedo y así no se puede vivir. No podemos caminar siquiera y la salud se está resintiendo. Que es lo que quieren”.