¡Zamoranos, las llaves de la ciudad son vuestras! ¡Viva San Pedro!
365 días que llegan a su fin y se desata la locura. Zamora está en fiestas, unas fiestas queridas y deseadas por al sociedad zamorana que tras unas semanas de preparativos tienen todo a punto. Con la apertura de la Feria de Día a las 20.00 horas, las calles de Zamora se convertían en un auténtico hervidero de personas en las casetas con un aroma a productos deliciosos para los zamoranos. Comenzaba la cara más festiva de una ciudad que, poco después se vestiría de color, ruido y música para que los peñistas se hiciesen con la ciudad.
Llegaba la cita más importante de las fiestas, tocaba desenpolvar las camisetas, sacd los carros y preparar los locales y pendones para gritar que ¡Viva San Pedro!. Antes de las nueve de la noce daba inicio el desfile, los peñistas se reunían en la Plaza Mayor perfectamente ataviados y sin faltar detalle para, impacientes, dar comienzo a estas fiestas. Zamoranos habituales, zamoranos que durante el año se encuentran en otras ciudades o incluso, amigos de zamoranos, esperaban impacientes a la Gobierna para dar el pistoletazo de salida.
Con el folklore tan tradicional y arraigado a la provincia a la cabeza y los gigantes y cabezudos, el desfile comenzaba a dar sus primeros pasos hasta llegar al río Duero, donde allí como es tradición emerge de las profundidades del Duero, la Gobierna en una piragua acompañada de los piragüistas. La Gobierna, tan esperada este día, traía con ella como es tradición las llaves de la ciudad. Una vez allí y entre la euforia de los peñistas ha ascendido hasta estar rodeada por cientos de zamoranos impacientes por verla descansar en la entrada del Puente de Piedra. Con la Gobierna descansando y las llaves de la ciudad en manos de los peñistas, era el momento de volver a la Plaza Mayor.
Ya en este céntrico lugar miles de personas se agolpaban para escuchar la lectura de la Leyenda de la Gobierna y posteriormente, que el alcalde de la ciudad, Francisco Guarido, entregase las llaves de la ciudad a los jóvenes, dueños absolutos durante diez días de la capital, mediante las palabras más recordadas y esperadas por los zamoranos año tras año: "Zamoranos, las llaves son vuestras, Zamora está en fiestas". Con ellas, se desató la locura en un ambiente que, este año, promete.