“Del otoño aprendí que aunque las hojas se caigan, el árbol sigue en pie”. Esta es una frase perfecta para ilustrar la llegada de una estación querida y odiada por muchos y por otros tantos a partes iguales. Tras hacerse de rogar, ya está aquí la tercera estación del año que llega para poblar los parques de hojas y para hacer los días mucho más cortos, antesala de una Navidad que está ya a la vuelta de la esquina.

Esta estación se ubica entre el verano y el invierno, desde el equinoccio de otoño del pasado 22 septiembre y se prolongará hasta el 21 de diciembre, cuando estemos prácticamente comiendo turrón y bebiendo champán, muy pendientes de nuestros décimos de una Lotería de Navidad que se celebrará como viene siendo habitual el 22 de ese mes.

Sin embargo, esta tercera estación del año ha tardado en aparecer y la bajada de temperaturas, con las lluvias del viernes, serán cada vez más evidentes con el paso de unos días que cada vez se hacen más cortos con el cambio hora del 29 de octubre, haciendo que la noche se convierta cada vez más en protagonista.

El otoño es una estación melancólica, tranquila y de sosiego, ubicada entre las dos más diferentes entre sí como son el verano y el invierno y actúa de nexo de unión fiable y sumamente tranquilizador. Valladolid ve como caen las hojas, el silencio sobresale en la noche y brilla en una estación de colores mágicos y característicos que se tornan en protagonistas cada día en la capital del Pisuerga.

Aquí les dejamos las mejores imágenes de un otoño que ha tardado en llegar pero que ya está aquí, a orillas del Pisuerga: