"Queríamos evitar que el público sintiera la repercusión de la crisis"

Enrique Cornejo (Valladolid, 1941), empresario teatral con más de cincuenta y seis años de experiencia en dicho sector, da para hablar y mucho. Esta semana he decidió tomar café con él para que me cuente cómo ve la cultura en nuestro país y, en concreto, en Valladolid. Como es sabido, uno de los teatros que dirige es el emblemático Teatro Zorrilla de Valladolid, desde donde intenta dar cabida a todo tipo de géneros, desde la comedia al drama, pasando por conciertos e incluso monólogos. ‹‹Es una programación que viene cubriendo las apetencias culturales y de ocio de tantos aficionados espectadores de Valladolid y provincia››. Solo hay que mirar los carteles.

Por esto que me dice le pregunto: ¿el Teatro al servicio del público o el público al servicio del Zorrilla y criterio de su dirección? ‹‹Entiendo que se debe seguir la demanda de todo tipo de público, sin discriminación alguna››.  Los datos parecen que son el mejor argumento para corroborar los hechos, qué me dice. ‹‹Hemos programado más de mil seiscientos espectáculos diferentes para los más de cuatrocientos mil espectadores que han elegido nuestro Teatro, todo ello en los ocho años que lo llevo dirigiendo››.

El sector cultural ha sido y es uno de los más afectados por la crisis –aunque es bobada decir esto, porque cada uno en su sector lo ha vivido y lo sufre–, ¿cómo se ha mantenido el Teatro Zorrilla? ‹‹Siempre hemos mantenido una oferta de calidad sin alterar los precios a los que está acostumbrado nuestro público; queríamos evitar que el público sintiera la repercusión de esta gran crisis››.

Dicen que España es un museo al aire libre y Valladolid lo confirma, ¿me equivoco? ‹‹Nuestra ciudad, de siempre, ha sido y es un referente en la cultura nacional contando con una gran riqueza de museos, universidades, teatros… es decir, el armazón y envoltorio que el ser humano necesita para desenvolverse y progresar en una sociedad tan competitiva como la que hoy tenemos››

Dando el último sorbo al café, me surgen dudas sobre si la juventud apuesta por el teatro, y la cultura en general, o prefiere invertir en fútbol, por ejemplo. ‹‹Los jóvenes demandan espectáculos concretos: teatro de humor, musicales, monólogos… Y el fútbol, como deporte rey de nuestro país, forma parte del desarrollo de una juventud que debe encontrar en este deporte el éxito que alcanzan sus ídolos a través del esfuerzo y que han de imprimir a sus responsabilidades profesionales››.

Saliendo por la puerta, al despedirnos, Enrique me dice que los medios de comunicación, como este periódico, aportamos desde nuestra responsabilidad la divulgación de la mejor información y contenido para un lector que esté ávido de desarrollar sus inquietudes culturales. Haciendo mías sus palabras, ‹‹la cultura es el motor y ayuda que desarrolla la convivencia y economía de un país››.