España arrolla a Holanda sin contemplaciones (92-26)

Cuando se obliga a la campeona de Europa, subcampeona olímpica y del mundo a clasificarse para el próximo torneo (es más, para el siguiente, Eurobasket de 2019, en 2018 hay Mundial en España), pasan estas cosas. La desigualdad entre España y sus rivales de grupo en las ‘ventanas’ que la FIBA organiza durante el año está siendo clara y este miércoles en Valladolid ha alcanzado un nivel abrumador. Holanda no ha competido en ningún momento y se ha visto aplastada por el vendaval ofensivo del combinado español, 92-26, en un partido que cuestiona el sistema actual de clasificación y el no poder garantizar una plaza para el próximo torneo internacional con la clasificación del anterior.

Lo mejor fue el ambiente en el polideportivo Pisuerga, más de 4.000 personas disfrutando con el baloncesto femenino. La actitud del conjunto entrenado por Lucas Mondelo fue impecable, con un 7-0 de salida en sólo dos minutos como premonición constatada de lo que iba a ser el partido. Canastas en transición y una superioridad total en defensa evidenciaban lo poco que faltaba para que el partido se rompiera.

Al comienzo del segundo cuarto Holanda consiguió un chispazo en su juego y encadenar dos acciones positivas seguidas, aprovechando la envergadura de Van der Adel, y anotaron cinco puntos en dos minutos. Pero fue solo un espejismo, la ventaja nunca tambaleó y el ritmo español no cesó, 37-10 a falta de seis minutos para el descanso. El público disfrutaba con el juego de ataque permanente de España y el resultado era ya contundente al descanso, 45-16.

En la segunda parte la selección aumentó su ejercicio de profesionalidad para seguir mostrando su mejor versión e intensidad sobre la pista. El recital implicó a prácticamente todas las componentes de la selección, con actuaciones sobresalientes como los 22 puntos de Xargay, los 11 puntos y 10 rebotes de Nicholls o los 17 puntos aportados por Ndour.

El parcial del tercer cuarto, 21-2 y el del último, 26-8, culminaron el impresionante 92-26. Un partido que ha servido para tener en Valladolid a una de las mejores selecciones femeninas del baloncesto nacional de la historia y para que miles de aficionados disfruten en directo de estrellas como Cruz o Torrens, pero que pone en duda la utilidad de la fase de clasificación tal y como está diseñada.