La restauración de La Concha descubre sus orígenes medievales

Desde el pasado mes de octubre la patrona de Zamora y el Niño que le acompaña han estado sometidos a una meticulosa y profunda restauración. Durante estos meses de trabajo llevado a cabo por los profesionales Patricia Ganado y Bernardo Medina se ha conseguido obtener una "imagen totalmente renovada" logrando recuperar las policromías originales que con las diversas intervenciones han ido desapareciendo.

Esta intervención de tres meses en las que se han revelado por tanto, las policromías medievales de la Virgen que hasta el momento se desconocían, ha consistido en "quitar todos esos añadidos de los años ochenta y noventa, añadidos sintéticos que le estaban haciendo mucho daño a la madera" y descubrir la aparición de estos restos románicos y otros posteriores, datados casi con total probabilidad en el tardogótico. Por lo que, conciendo que la cabeza de La Concha data del siglo XIII, la restauradora afirma que "la Virgen era medieval y se ha transformado o ha sido una Virgen medieval reutilizada".

Una revelación que, a juicio de Ganado, permite conocer más sobre la historia de la imagen a la Cofradía. Aunque reconoce que "lo que sí tenemos claro es que las intervenciones de finales del siglo XX fueron muy desafortunadas, porque se utilizaron materiales sintéticos que no dejaban respirar a la madera y además consiguieron hacer una imagen de maniquí que poco tenía que ver con lo que realmente es, una Virgen de bastidor", aseguraba Ganado.

En cuanto al Niño, la imagen que más ha cambiado, su restaurador Bernardo Medina ha expuesto la mala conservació que presentaba esta imagen debido a los "besos corrosivos". "La cara del Niño estaba llena de micas de barras de labios, de besos y de sobeteos. Algo que le había hecho mucho daño a la imagen original", manifestaba.

Asimismo, ha asegurado que ahora la cara y el pelo del Niño son originales de su época barroca, añadiendo que antes se habían realizado retoques, "repinte sobre repinte que tiraban de la madera y la agrietaban". Ahora, "las grietas son las propias de la madera que se pueden disimular pero no tapar".

En definitiva, una restauración completa que llena de "orgullo" a la propia Cofradía de la Virgen de La Concha, como bien ha manifestado su presidente Florían Ferrero, y que se ha podido llevar a cabo gracias al apoyo de la Fundación Caja Rural y la aportación de una familia de la Cofradía.