El Atlético Valladolid no ha dado opción a Puente Genil y ha conseguido sumar una nueva victoria en Huerta del Rey, demostrando el gran nivel del conjunto de Nacho González como local. Tras una primera parte dubitativa, los locales afrontaron con contundencia la segunda mitad, rompiendo el partido y dosificando la ventaja hasta el claro 31 a 25 final.

El partido comenzó con intercambio de golpes y el Atlético sumó la primera ventaja gracias a dos goles consecutivos de Gonzalo al filo del ecuador de la primera mitad, 9-7. Sin embargo, las rápidas transiciones visitantes igualaron de nuevo el electrónico y después, con un parcial de 0-4 Puente Genil logró la delantera en el bache más importante en el juego del Atlético, 11-12.

Rubén Río asumió en esa fase el liderazgo ofensivo y empató el choque. La exclusión de Garza volvió a mermar el juego local y permitió al equipo andaluz adelantarse de nuevo, 12-14, con un ataque contundente y batiendo a Javi Díaz con facilidad. Nacho González hizo que su equipo reaccionara desde la portería, dando entrada a César Pérez, que protagonizó una actuación sensacional (56 por ciento de paradas en el tiempo que estuvo en pista).

El hilo conductor que conectó los primeros 30 minutos y los siguientes fueron las paradas de César Pérez. Colosal estuvo el portero del Atlético Valladolid, lo que permitió que Fernando Hernández hiciera gala del  histórico estilete veloz que es, para romper el partido; 20-16 tras un tanto de Sergio desde el pivote.

La mirada de Oliva desde la portería de Puente Genil se iba diluyendo ante la impotencia de frenar al Atlético, que hizo una lectura perfecta del ritmo del partido para asestar zarpazos en cada ocasión posible, 21-16. Llego la exclusión de Turrado en el minuto 8 de la segunda parte, pero el Atlético la salvó cediendo solo un gol que recuperó la conexión rápida que propició una nueva parada de Pérez y la asistencia para la culminación de Fernando, 23-18 en el minuto 12 y el partido encarrilado.

La exhibición de Fernando redondeaba el recital colectivo, marcando con exactitud cuándo acelerar y cuando ralentizar el juego ante un Puente Genil que parecía entregado a su destino. Un golazo de vaselina de Adrián zanjó el partido a falta de 14 minutos, 26-19. Sólo quedaba un cómodo intercambio de goles para los locales hasta cerrar un nuevo triunfo por 31-25.