El activista antisistema Rodrigo Lanza, cuyo rostro está estos días en todas las televisiones del país como presunto autor de la muerte de un hombre al que agredió por llevar unos tirantes con la bandera de España, fue conferenciante en la Universidad de Salamanca. Fue en noviembre de 2009, cuando ya había sido condenado a cárcel por dejar en estado vegetativo a un policía.

Entonces Solución Independiente Universitaria denunciaba incluso la presencia de símbolos terroristas en el festival 'Ama la Música, odia el Fascismo' y la pasividad del rectorado de la Universidad de Salamanca, entonces con José Gómez Asencia al frente, ante la apología del terrorismo.

"Este grupo radical que nada tiene que ver con la universidad es conocido y denunciado por la Confederación Española de Policía por sus relaciones con el entorno terrorista de Batasuna y con grupúsculos antisistema de tendencia violenta. Sin embargo el rectorado de la Universidad de Salamanca dirigido por José J. Gómez Asencio, conocedor en todo momento de estos hechos sigue permitiendo tales cesiones a los violentos", denunciaba entonces SIU.

Y añadía: "Estas cesiones a grupos extremistas y terroristas son algo cotidiano y habitual en la Universidad de Salamanca". A su juicio, "la Universidad de Salamanca lleva años convirtiéndose en un hervidero terrorista donde los grupos más radicales y extremistas tienen a esta institución pública como un paraguas que les protege, alienta y permite sus actividades extremistas. La USAL no sólo no ha querido pronunciarse públicamente ante estos hechos sino que sigue amparándolos y promocionándolos".