La Policía Local sorprende a doce conductores borrachos o drogados
Entre los días 11 y 17 de diciembre los agentes de la Policía Local de Salamanca han sometido a la prueba detectora del alcohol a 604 conductores, de los que ocho dieron positivo en la misma, superando las tasas de alcoholemia fijadas en la legislación vigente; cuatro de ellos fueron puestos a disposición judicial al superar los 0,60 miligramos por litro de aire. También se practicaron 47 pruebas detectoras de drogas con cuatro resultados positivos, todos ellos por cocaína.
Estos controles preventivos se han efectuado en coordinación directa con la Dirección General de Tráfico, en el marco de una campaña especial e intensiva pre navideña para verificar las tasas de alcoholemia y drogas en la conducción, y se añaden a los que, de forma habitual y periódica, vienen efectuando los agentes locales.
La cuantía de la infracción por conducir con tasas de alcohol superiores a las establecidas es de 500 euros y la detracción de 4 a 6 puntos. La sanción sube a 1.000 euros de multa para los conductores reincidentes, es decir, que ya hubieran sido sancionados en el año inmediatamente anterior por el mismo motivo, así como para aquellos conductores que circulen con una tasa que supere el doble de la permitida.
La Ley también prohíbe conducir con presencia de drogas en el organismo, quedando excluidas las sustancias que se utilicen bajo prescripción facultativa y con una finalidad terapéutica. Esta infracción está castigada con una sanción de 1.000 euros y la detracción de 6 puntos. La Policía Local de Salamanca está utilizando en estos controles un dispositivo detector de última generación analítica, que permite descubrir de forma rápida la presencia en la saliva de las drogas más frecuentes como anfetaminas, cocaína, metadona, opiáceos y cannabis.
Cuando se denota que la ingesta de alcohol o drogas ha tenido repercusión o influencia en la conducción, las denuncias se tramitan siempre por la vía penal, tal y como se recoge en el artículo 379.2 del Código Penal. La negativa a someterse a los controles de alcoholemia y drogas también está tipificada como delito en el Código Penal, que prevé incluso penas de prisión por este motivo.