visita torre catedral valladolid 24

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Región

Valladolid, a los pies de su Catedral

31 diciembre, 2017 10:57

A 70 metros de altura las personas que se distinguen pierden sus rasgos, son como hormigas en unas calles en las que los coches parecen de juguete y todo parece accesible. La altura da una perspectiva diferente de la ciudad, vecinos y turistas quedan fascinados ante la posibilidad de contemplar edificios históricos e incluso sus propias casas desde el segundo punto más alto de Valladolid, la torre de la Catedral, a la que sólo mira por encima la azotea del Duque de Lerma.

Las visitas guiadas dependientes del Ayuntamiento a la única torre con la que actualmente cuenta la Catedral son uno de los grandes atractivos turísticos de Valladolid, pero ha trascendido el mero reclamo para el visitante, con muchos vecinos de la ciudad entre las más de 8.000 personas que suben cada año.

El proyecto inicial de Juan de Herrera para la Seo vallisoletana tenía cuatro torres, pero en principio sólo se construyó una, justamente la del otro lado de la fachada principal, la que se conocía popularmente como ‘la buena moza’, que cayó en 1841.

No fue hasta 1880 cuando se empezó a construir la segunda torre, a la que se puede subir ahora. Varios arquitectos retomaron el proyecto y diseñaron un cuerpo octogonal que contrasta con la base cuadrada. El último paso se dio en 1923, con la cúpula y sobre ella el Cristo del Sagrado Corazón; un año después se colocó el pararrayos y se completaron los 84 metros de altura.

Casi un siglo después, en 2015, se inauguró el segundo ascensor, el que permite llegar hasta el campanario. El primero sube la equivalencia a ocho pisos, nada comparable con la salida al exterior, a la altura de un piso 20, a 70 metros. Desde ahí la ciudad se muestra como una inmensa maqueta, la Antigua, San Benito, el estadio José Zorrilla, San Pablo, cientos de edificios, Laguna de Duero y hasta la iglesia de Cigales; la vista se pierde entre infinitos detalles. Esa vuelta en el exterior se realiza bordeando la cúpula, bajo la mirada del imponente Cristo del Sagrado Corazón.

Campanario

La visita a la torre es mucho más que el acceso a un mirador privilegiado. Con las explicaciones de Marian Sernández, la guía que realiza el recorrido, los detalles no se escapan. En el campanario se ven de cerca las diez campanas de la torre; impresiona especialmente la llamada Corazón de Jesús, la más grande y pesada con 2.033 kilos.

“Ahora ya están automatizadas, no dan vueltas, tienen un pistón neumático que acerca el badajo al borde de la campana y las hace sonar; además sólo sirven para llamar a las misas y dar la hora cada 15 minutos, han perdido el ‘toque de arrebato’ que antes alertaba de incendios o avisaba de fallecimientos”, comenta.

Un nivel bajo el campanario se encuentra el mecanismo del reloj, que guarda un encanto inusitado para el visitante, tanto que requiere de dos paradas, la primera para fascinarse observando sus engranajes y la segunda para observar las pesas que regulan el reloj.

La visita cuesta cinco euros y dura unos 45 minutos, tiempo para hacer un recorrido por la historia y para sentir Valladolid a tus pies.