purisima salamanca rubens 7

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Región

Así se descubrió el cuadro de Rubens en La Purísima

7 abril, 2018 08:52

La atribución a Peter Paul Rubens de la autoría del cuadro 'San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad', ubicado en la salmantina iglesia de La Purísima, ha sorprendido a propios y extraños en las últimas horas. Eso sí, tal y como reconoce su párroco, Policarpo Díaz, el templo de las Agustinas, que forma un conjunto declarado Monumento Nacional junto al convento, fue construido “a capricho” en Italia y trasladado a Salamanca por Manuel de Zúñiga y Fonseca, conde de Monterrey, quien fue virrey de Nápoles, y que “contrató a los mejores artistas de la época en todas las disciplinas”.

Su párroco define a La Purísima como “una pinacoteca de primer nivel mundial”. Ahora con más razón, se entiende. Y es que al cuadro ahora atribuido a Rubens hay que sumar cuatro pintados por José de Ribera, incluido el imponente lienzo de la 'Inmaculada Concepción' que preside el retablo mayor, 'La Piedad' en la parte superior y las pinturas de 'San Genaro' y 'San Joaquín' que están expuestas al margen del ábside. El resto del retablo mayor está compuesto por 'San José y San Joaquín' y 'Santa Ana', que se cree pertenecen a Covedone, y 'San Juan Bautista', cuyo estilo se atribuye al pintor italiano de la Escuela Boloñesa, Guido Reni.

Además, 'San Nicolás de Tolentino' y 'La Anunciación' están representados por el barroco italiano Giovanni Lanfranco, 'La Virgen del Rosario' por Massimo Stanzione y 'La Crucifixión', por Francesco Bassano. Todo un museo. Asimismo, La Purísima alberga en su interior siete esculturas de Cosimo Fanzago, arquitecto y escultor barroco que esculpió, entre otros, el Cristo que corona el retablo mayor. No es de extrañar, pues, que el párroco haya dispuesto en el coro tres prismáticos “para que los feligreses y visitantes puedan degustar con todo detalle cada una de las obras que desde abajo pueden pasar desapercibidas”.

Lo cierto es que Matías Díaz Padrón, conservador jefe de pintura flamenca y holandesa del Museo del Prado, elaboró su investigación al margen de la parroquia y la unidad pastoral confiesa no haber tenido conocimiento del proceso que ha estado llevando a cabo. “Es el estudio de un técnico autorizado y que está refrendado por una prestigiosa publicación científica, si nadie es capaz de argumentar lo contrario se dará por bueno”. Aunque con naturalidad sostiene que este hallazgo no cambia la percepción de un templo “especial” con muy alto nivel artístico.

Díaz Padrón observó que la obra chocaba con el resto del retablo, totalmente italiano, y eso le llevó a iniciar la investigación. Fue el hallazgo de un grabado en los archivos monumentales de la Biblioteca Nacional de Amberes, y del boceto de la obra en 2015, lo que confirmó las sospechas. Aquel grabado se consideraba había sido realizado por un alumno de la escuela de Rubens, y a raíz de las pesquisas de Díaz Padrón se puso a la venta en Nueva York por un alto precio como un original de Rubens.

Por otro lado, el párroco de La Purísima reconoce que es una iglesia que adolece de estudios en profundidad sobre las muchas obras de arte que conserva en su interior. “Existe una tesis, brillante, de Ángeles Madruga, pero se centra en la construcción y no detalla cada una de las obras”, manifiesta. Por eso revela que un grupo de feligreses llamado 'Fe y arte', que pertenece a la unidad pastoral en la que está integrada la parroquia, está inmerso en la elaboración de un informe audiovisual que verá la luz el próximo 8 de diciembre y que revela el valor artístico de cada uno de los elementos pictóricos y escultóricos que anidan en La Purísima.