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Región

Un paseo por la ruta del toro desde Vecinos

10 abril, 2018 11:38

Qué placer volver a pisar las tierras del toro salmantino; esas dehesas interminables que ahora pintan un verde espléndido y, lo más importante, henchidas de agua. Y es que mi amigo Castellanos, el de la tora, se empeñó en que le acompañara hasta las cercanías de Vecinos -Peña de Cabra- para visitar a sus amigos y degustar un hornazo.
José Maria - le dije- anuncian hasta nieve! Aunque caigan chuzos de punta¡¡ - me contestó ufano mi amigo-.

Y a Vecinos que nos fuimos porque el hornazo nos esperaba en este “Lunes de Aguas”, que a la postre no resultó tan infernal como lo pintaban. Pero además del hornazo salmantino los amigos de Castellanos habían preparado una barbacoa con numerosos ingredientes de cochino (léase panceta, chorizo, costillitas, etc.) que fue la introducción a un exquisito almuerzo.

Un mus de limón casero alivió la comilona para proseguir con un brownie de chocolate y nueces (también casero) que quitaba el sentido. Los pasteles de miel de la zona; las obleas, el café y los chupitos (también caseros) remataron, como digo, un almuerzo que resultó delicioso; además de placentero por los amigos que en este día hemos conocido gracias al entrañable Castellanos; quien por cierto se trajo de Pucela media huerta para las ensaladas; chicharros en escabeche incluidos…

Un caldo reserva riojano (dos cayeron) regocijaron el espíritu. Aunque uno tuvo que conformarse con un pequeño vasito por aquello de la conducción…

Los amigos de Peña de Cabra, charros hasta la médula, proceden de raíces camperas y de bravo por la vía del patriarca: Eladio Macías (†), mayoral que fue toda su vida de una estirpe ganadera reconocida en el mundo del bravo como el ganadero Manolo Santos Galache (actual Loreto Charro Santos, su nieta).

Para entroncar esta amistad con Castellanos hay que remontarse a los años 50-60, cuando Remigio Zamora, su suegro -en calidad de conserje de la plaza de toros de Valladolid- recibía a Eladio Macías -en su calidad de mayoral- cuando llegaba la feria septembrina para lidiar la corrida de toros de su patrón, Manolo Santos Galache. De ahí la amistad con esta familia de Peña de Cabra.

Angel, (bancario jubilado) uno de los hijos de Eladio, tiró de memoria y recordaba de jovencito a Ostos, Puerta y Camino en una tarde gloriosa en Valladolid. Y vio como a la terna y a su padre los sacaban a hombros del coso de Paseo de Zorrilla tras la lidia de los Santos Galache.

Luego entrarían en conversación otro de los hijos de Eladio; Felipe Macías (Policía Nacional en la reserva) y Saturnino Rodríguez (capitán de la Guardia Civil en la reserva), casado con Lucía Macías, una de las hijas del viejo mayoral. Hay, además, otra hermana que reside en Madrid. Y dos hermanos (José Manuel y Agustín) que han ejercido tareas camperas de bravo como su padre hasta su jubilación.

Y con Angel -que nos orientó sobre los orígenes ganaderos de la zona- nos fuimos a los cercados para ver a los antiguos aleas –estirpe inicial de los Santos Galache, ahora “pilarones” de juanpedro - que pastaban plácidamente a las puertas de la casa.

Y en el lado contrario, hacia Herreros, nos llegó el recuerdo imperecedero del gran Julio Robles.

Sí, allí enfrente, bajo una tupida lluvia, estaba “La Glorieta”. Y unos metros más adelante el ganado bravo que pasta en esa finca; ahora propiedad de Fernando Bautista que lidia precisamente bajo el nombre que el maestro de Fontiveros le puso en 1997, año de su fundación de su ganadería: “La Glorieta”, en honor del coso salmantino donde tantos triunfos cosechara.

Peña de Cabra, Sanchón, Hernandinos de Yeltes; Herreros, La Glorieta…en fin. Qué grandeza la dehesa salmantina en esa zona de Vecinos, por citar lo que hemos visitado. Y qué buenas gentes los descendientes de Eladio Macías.

No quiero ni debo olvidarme de las mujeres que laboraron exquisitos manjares para nosotros: Piedad, Lucía, Feli y la jovencísima Paula Rodríguez, (aspirante a veterinaria), bellezón y nieta del anfitrión: Saturnino Rodríguez; a tus órdenes mi capitán. Y gracias por vuestro exquisito trato.