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Región

De romerías y hornazo por la provincia de Salamanca

10 abril, 2018 08:47

Este lunes después de Pascua no es un lunes cualquiera. En el calendario religioso, festivo, irónico, picaresco e histórico -de todo un poco como la propia mezcolanza de la sociedad salmantina- es el Lunes de Aguas –como se llama ahora-. Es la tarde dedicada a la familia, a los amigos, al campo, a la gastronomía local y, desde que el ‘botellón’ se hizo dueño de la calle, también de la borrachera y la ‘suciedad’ en la ciudad de Salamanca.

Pero dejemos al Padre Putas –perdón Lucas- y sus estudiantes en las riberas del Tormes en la compañía pétrea de Lazarillo de Tormes y su ciego, y marchemos de romería por la provincia de Salamanca. Porque esta tierra es pródiga en acontecimientos religiosos y festivos populares con historias heredadas por tradición oral, en la mayoría de las ocasiones.

Nuestra Señora de los Remedios de Buenamadre, fervor entre toros

Procesión con la Virgen de los Remedios en Buenamadre./ FALCAO

Buenamadre, en pleno corazón del Campo Charro, tiene su principal cita anual el Lunes de Aguas con la romería de Nuestra Señora de los Remedios, en la ermita del mismo nombre. Ya escribía Madoz: “Esta devoción es sostenida por los hidalgos ricos del país; los que dan una corrida de novillos con toro de muerte, en una plaza de piedra con sus burladeros y correspondientes toriles; hasta el mediodía se halla en este sitio casi desierto; pero desde esa hora hasta que se inicia la corrida, son muchas las personas que concurren. Las charras ricas llevan en cofres y baúles sus joyas y galas; se visten debajo de los árboles, y salen a lucirse”.

Existen dos imágenes, la llamada ‘románica’ que sería la primitiva y que se guarda en la iglesia parroquial y la moderna que se venera todo el año en la ermita. Lo que importa al viajero es la tradición, y sobre todo la oral, la que cuenta que la imagen se encontró en la finca y allí se construyó la primitiva ermita.

La Virgen de los Remedios de Buenamadre./ FALCAO

Para las gentes de la zona ser cofrade de los Remedios es mucho más que un título honorífico. Pocas familias existen que, en alguna época, no hayan inscrito su nombre como mayordomos de la Virgen. Porque en esta Cofradía, para entrar, hay que pasar la etapa de mayordomo. Decir que antiguamente no todos los que querían podían acceder a mayordomo porque el cargo suponía correr con los gastos de la fiesta que consistía en dar de comer el día de la Virgen a todos los cofrades y organizar el festejo de los toros, además de entregar limosnas a los pobres. La comida de los cofrades consistía en el famoso ‘cocido castellano’ que se preparaba en la casa del ermitaño.

El viajero a la fiesta. De los tiempos antiguos, cuando acudían los vecinos de Buenamadre y alrededores en romería hasta la ermita llevando sus pendones, insignias y estandartes para ofrecerlos en la cuesta del Santuario a la Virgen, solo queda el testimonio de los pendones que presiden la procesión con la imagen que se realiza al terminar la misa mayor del día de la fiesta. Después de la procesión y ofrenda a la Virgen tiene lugar el acto de entrega de las varas de mayordomos a los que el año próximo se encargarán de atender al culto y organizar la fiesta.

La tradición taurina. Si en la mayoría de ermitas y santuarios de la provincia el complemento taurino no podía faltar, en la ermita de los Remedios, por celebrarse antes de empezar las faenas del campo, muchos menos. Era antiguamente el primer festejo taurino en serio que se celebraba en Salamanca. La tradición taurina de la zona, en pleno Campo Charro, no podía olvidar una fecha tan propicia. La plaza de toros, construida en la ladera del santuario, a pesar de sus reducidas dimensiones, cuenta con unos tendidos bien situados para seguir el festejo.

La mayoría de los toreros de Salamanca de época, como Pedrés, Jumillano, El Viti, Julio Robles, Capea, Víctor Manuel, Juan José, han tenido el ‘orgullo’ de haber toreado en la ermita de los Remedios. Es más, algunos de estos toreros llevaban consigo la imagen de la Virgen a la que se encomendaban cada vez que toreaban. Pero hoy… Hoy los tiempos son distintos.

Día del Trago en La Alberca

Día del Trago en La Alberca./ Archivo

Se celebra en La Alberca el Lunes siguiente al del Pendón; coincide con la festividad del Lunes de Aguas en Salamanca; este día los escancianos, aquellos que se hayan casado ese año, son los encargados de repartir el vino a los vecinos del pueblo reunidos en la plaza.

El vino se reparte en galletas y barquillos; las galletas son ánforas de cobre, y los barquillos vasos de plata; esta celebración también está relacionada con la Provisión de la Duquesa de Alba de 1547, y la victoria de las albercanas sobre las tropas portuguesas del Prior de Ocrato.

Hay muchos que afirman que el motivo de esta celebración es distinto. Su origen estaría en el agua que La Alberca cedía a pueblos como Monforte o Sotoserrano, es decir, La Alberca dejaba correr libremente el curso de los ríos que llevaban agua a estas localidades, a cambio de un impuesto tasado en vino. Este podría ser uno de los motivos por los que se sirve vino del Soto y no de otras localidades.

Para otros, sin embargo, el origen sería la suma de los dos anteriores; la Casa de Alba, señora de La Alberca, dejaba correr el agua a cambio de vino, que entregaba a La Alberca agradeciendo su participación en la guerra civil castellana.

La Cruz del Campo, romería en La Cabeza de Béjar

Romería de La Cruz en La Calzada de Béjar./ Archivo

Como cada lunes de aguas, La Cabeza de Béjar celebra la fiesta de la Cruz del Campo, la bendición de las tierras que rodean a este municipio con espléndidos paisajes, en otro tiempo tierras cultivadas y hoy de pastos, cabeza del Señorío del Ducado de Béjar, el que se encuentra más al norte del ducado, bordeado pro el arroyo de la mula que ya se menciona en los documentos medievales.

Fiel a sus tradiciones el pueblo se reúne junto a la cruz del  monte junto a la carretera que les une con Santibáñez de Béjar, que se engalana para la ocasión, muy próxima a las tumbas del antiguo poblado visigodo que miraba hacia el río Valvanera.

De Yecla de Yeltes a Yecla la Vieja con la Virgen del Castillo

Romería del Lunes de Aguas en honor a Nuestra Señora del Castillo en Yecla de Yeltes./ Archivo

El segundo lunes posterior al Domingo de Resurrección Yecla de Yeltes celebra una interesante romería a la ermita de la Virgen del Castillo, aunque los actos comenzaron el Lunes de Pascua con el traslado de la Virgen desde su ermita hasta la iglesia del pueblo por la Cofradía Virgen del Castillo, integrada por unos 100 cofrades. Esta ermita se levanta sobre un castro celta amurallado en perfecto estado de conservación, otro ejemplo de cristianización de los castros de la zona.

Las celebraciones principales tienen lugar el Lunes de Aguas. El programa comienza por la mañana con el traslado de vuelta en procesión de la Virgen desde la iglesia parroquial hasta la ermita del castro de Yecla la Vieja.  Aquí se celebra una misa gregoriana cantada por los hombres del pueblo –los que quedan y saben-. Al finalizar la eucaristía se organizan una serie de bailes, como es el de la rosca. Ya por la tarde, antes de las meriendas, tiene lugar el rezo del rosario, tras el cual la imagen de la Virgen es sacada en procesión alrededor de la ermita. En un altar situado en la explanada se deposita la imagen, y allí se procede a la ofrenda de la rosca que se ha bailado por la mañana, y cómo no, el ofertorio y besa pies, en el que se dejan unas monedas en el canastillo.

Subasta de roscas en Yecla de Yeltes el Lunes de Aguas./ Archivo

A continuación, los presentes meriendan entorno al castro los hornazos, en una tarde que acoge a otra mucha gente de los pueblos de la zona que acuden a comer el hornazo en familias o pandillas, donde reina la alegría y el solaz de una jornada de campo.

Y en Villoria Santa Bárbara, en la Fiesta del Voto

Toro del Voto en Villoria

Villoria, en comarca de Las Villas, también se suma a las fiestas que se celebran el Lunes de Aguas con su Fiesta del Voto. Una festividad para dar gracias, con la imagen de Santa Bárbara. Cuenta la leyenda que un Jueves Santo,  cuando la iglesia estaba llena de gente, cayó un rayo en el templo y no hubo ninguna desgracia. Por ello, se hicieron votos de gracia con misa, procesión, convites, bailes, la tradicional merienda, con hornazo típico y, en estos modernismo populares para avivar la llama de lo taurino, la organización del concurrido ‘Toro del Voto’, que no es más que ‘un toro de cajón’ a correr calle arriba calle abajo.

El hornazo

La gastronomía también tiene su lugar. Es costumbre durante este día degustar el hornazo, una empanada hecha a base de chorizo, lomo, panceta…, y en ocasiones también huevo duro. Alimento que amasan y cuecen en las tahonas las mujeres en los días precedentes a tal fecha, sobre todo en el medio rural, aunque también se ha industrializado su elaboración en cierta medida, y es posible adquirirlo en cualquier establecimiento dedicado a la pastelería.

El viajero, al ocaso se acercará a la ribera del Tormes, donde dicen que anduvo a la vera del río el Lazarillo y el ciego. Que me esperen, que llevo cargado el morral con hornazo y pinta de vino. Cortesanas, meretrices, rameras, pilinguis, prostitutas y barraganas, las de débito carnal y lujuria de vellón, esperen a que llegue el jubiloso Lunes de Aguas –con su permiso Padre Putas, perdón, Lucas-.

Hornazo de Salamanca