Valladolid sergio gonzalez pucela entrenador 400x267

Valladolid sergio gonzalez pucela entrenador 400x267

Región

Metamorfosis

4 junio, 2018 17:14

Masip, Moyano, Deivid, Guitián, Nacho, Cotán, Borja, Jose, Míchel, Antoñito e Iban Salvador. Ese fue el once que el pasado 19 de agosto puso en liza, en el primer partido de Liga, Luis César Sampedro, en el choque ante un Barça B que ha terminado certificando su descenso pero que se llevó los tres puntos de Zorrilla tras vencer por 1-2.

Hay que ver cómo es el fútbol. Unos días más tarde, Jose cogería las maletas para marcharse a la ciudad condal, sin saber cuál iba a ser el devenir de su nuevo equipo. El Pucela empezaba con dudas la temporada y el rival se marchaba con moral en busca de firmar una gran temporada que ha terminado en desastre.

De los 11 jugadores que puso en escena Sampedro en esa jornada que abría la competición, solo cuatro repitieron el sábado en la final ante Osasuna. Moyano, Nacho, Borja y Míchel. Ver para creer.

El Pucela ha firmado una metamorfosis digna de ser estudiada por los profetas del fútbol. En una temporada de altibajos el runrún y el comentario del aficionado de toda la vida del Pucela de que el cambio de entrenador era necesario se ha afianzado desde la llegada de Sergio González.

El ex futbolista perico o deportivista, entre otros, tiene desde la banda la misma visión de juego que tenía desde el pasto ya fuera con la camiseta del Espanyol, del Depor o del Levante y además, parece estar dotado de ese componente motivador del que debe estar acompañado todo buen entrenador.

La diferencia entre Sampedro y Sergio es sencilla, al primero ni le comprendían ni empatizaban con él. Con el segundo la cosa fluye y eso que el de Hospitalet de Llobregat cogió un equipo roto, sin moral, al que ha sabido reflotar para meterlo en Playoff, lo que le ha valido para renovar automáticamente.

Sergio en su presentación. Fotografía: Real Valladolid.

Cinco triunfos, un empate y dos derrotas, ante Real Zaragoza y Real Sporting, curiosamente el equipo con el que podría encontrarse en la final y el que espera el jueves, han servido para que el Real Valladolid haya adoptado otro carácter y la afición se haya vuelto a enchufar. La locura que vive la capital del Pisuerga con el fútbol estos días así lo demuestra.

El Pucela ha certificado en el último mes una metamorfosis milagrosa y quiere confirmar su ascenso en pleno Mundial de Rusia. El fútbol da tantas vueltas como la vida y más en una senda tan larga como la Segunda División del fútbol español. Disfrutemos y soñemos, siempre con los pies en el suelo.

Impresionante aspecto de la grada de Zorrilla en el partido ante Osasuna.