Inmensa alegría tras el ascenso de nuestro Real Valladolid a la máxima categoría cuando en unos días -el próximo 20 de junio- cumplirá nada menos que noventa años. Han tenido que pasar cuatro difíciles y complicadas temporadas  -concurso de acreedores incluido- para retornar a la ansiada primera división. Carlos Suárez ya respira mejor!

Y no es de extrañar porque el propietario del RV las ha pasado canutas desde que se hiciera cargo del club en el año 2001 -en calidad de gestor y salvador de empresas- y fundamentalmente desde el 2011 que se hizo con la mayoría del accionariado. Asfixiado por las deudas -veintidós millones de euros en la actualidad- ha llegado el premio a la constancia y los casi CUARENTA millones de euros que el club percibirá de la Liga, vía TV, será la parte importante para la pervivencia, e incluso para evitar la desaparición de un histórico del fútbol patrio.

Porque la cantidad a pagar anualmente para ir amortizando la deuda es de seis millones a partir de este año. Y eso en segunda división era ir a la desaparición. Salvo que algún multimillonario asiático o árabe –padre de algún huésped de la residencia de jugadores- se hiciera con el club para su salvación.

Mis vivencias durante más de tres años al frente de la Fundación Real Valladolid (1998-2002) me permiten vislumbrar un futuro halagüeño para este querido club. Y es que en aquella época llegó al RV un visionario llamado Nacho Lewin -que no se jugaba su dinero- para presidir un club que le vino grande. Venía recomendado por el accionista Pedro Salaregui. Y fue, Lewin, un ex piloto y extravagante radiofónico, quién marcó la ruina de un club que hasta ese momento funcionaba en todos los aspectos.

El RV había sido bien gestionado por la familia Fernández, encabezada por un auténtico señor: Marcos Fernández. Pero cuando este fallece, sus hijos, enfrascados en los múltiples negocios y sin afición por el fútbol ni apego a la ciudad, abandonan el club vendiéndolo a la mercantil Cartera de Inversiones Somosaguas, que posteriormente contrataría a Carlos Suárez para sacar a flote a un club prácticamente arruinado por mor del ínclito Lewin.

Pero eso ya es historia y convenía recordarlo para saber, como dice la sabiduría china, “de dónde venimos y hacia dónde vamos”…

Lo cierto es que ahora se abre un horizonte optimista para el RV, pues de los seis millones de euros que venía percibiendo el club a través de TV, pasará a los citados cuarenta que, junto al incremento de nuevos abonados (ahora 11.500), la publicidad, los ingresos atípicos y una buena gestión, el presupuesto rondará los CINCUENTA millones de euros. (dixit Suárez en una reciente entrevista en El Norte de Castilla)

Será un presupuesto humilde frente a los grandes y medianos, pero más alto que los modestos Getafe, Leganés, Eibar y Gerona que no sobrepasaron los cuarenta y cinco millones en la pasada temporada. Y ahí están luchando por mantener la categoría y con altas plusvalías.

El RV en general y Carlos Suárez en particular tienen una gran oportunidad de manejar bien los números para, si entra la pelota, (esa es otra) mantenerse en la élite del fútbol español.

Con la llegada del director deportivo, el cordobés procedente del Sevilla Miguel Angel Gómez y el excelente juego que ha impregnado al equipo el míster Sergio González - tras el fiasco del anterior- se ha revitalizado una plantilla perfectamente válida -más cuatro o cinco refuerzos según los expertos- para afrontar dignamente la competición más importante del Mundo, con permiso de la liga inglesa.

Si a lo deportivo le añadimos el personal curtido que hay en la administración del club, encabezado por su director general Jorge Santiago -hecho desde abajo y conocedor de todos los entresijos del Real Valladolid- tendremos a un equipo completo para que el nuevo primera división pueda ofrecer grandes satisfacciones a la legión de aficionados que a partir de ahora se sumarán al nuevo proyecto.

Lo que no entiendo muy bien es la incorporación del bodeguero José Moro (vicepresidente primero) y el que fuera un excelente defensa, José Antonio García Calvo (director desarrollo de negocio). Hubo cierta expectación tras sus nombramientos, pero aún no se ha notado la importante aportación que, se supone, traerían al club. Habrá que esperar a esta nueva y favorable situación. Pero me da que no hay buena sintonía…

Y me dolió que a mi amigo Mariano Mancebo lo apartara el club de un cometido (responsable de comunicación) donde siempre dio la talla y estuvo comprometido al máximo con el RV durante tantos años (incluso cuando las nóminas tardaban en llegar…). Ahora, alejado del trajín diario de club, su función en la Fundación como director de la misma es meramente representativa, donde poco puede aportar de su valía y experiencia profesional. Otra cosa es que con el ascenso la Fundación se revitalice (como el equipo) y vuelva a tener el protagonismo que tuvo en su momento. Eran otros tiempos y en primera división. Palabras mayores.

En cualquier caso mucha suerte y todos los éxitos del mundo a este nuevo Real Valladolid, que ahora sí será apetecible para esos grupos extranjeros de inversión que se están haciendo con buena parte del fútbol español y europeo. Claro que ahora dirá Carlos Suárez que el que quiera club que lo pague… y caro. (los beneficios del Eibar de la pasada  temporada fueron de más de ONCE millones de euros, el 27% del presupuesto).

 Aupa Pucela!

“El éxito no está en vencer siempre sino en no desanimarse nunca” (Napoleón Bonaparte)