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Interlocutor policial, el ángel de la guarda de trabajadores sanitarios

22 junio, 2018 07:36

Las agresiones a personal sanitario han descendido en la provincia de Salamanca durante el primer semestre de este año, también en el conjunto de España. No obstante, todavía hay algunos casos de extrema gravedad, como el médico que se debate entre la vida y la muerte en Toledo gras una brutal agresión, o la presencia intimidatoria de medio centenar de personas el pasado fin de semana en urgencias del hospital Clínico tras una reyerta entre dos familias de etnia gitana. Para atender, pero también prevenir, estos casos está la figura del interlocutor policial sanitario.

Esta semana han ofrecido una conferencia al personal del hospital para mostrar algunas pautas de prevención, cómo actuar en una determinada situación de creciente violencia por parte de un paciente o algún familiar, pero también cómo actuar si se llega a un momento extremo. Una jornada dentro de la campaña #StopAgresiones de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, con la presencia de Javier Galván Ruiz, comisario interlocutor nacional.

Fernando de la Iglesia, subdirector de Gestión y Recursos Humanos en el complejo hospitalario de Salamanca, destaca la importancia de disponer de medidas de autoprotección. “Salamanca es un lugar bastante seguro, no hay una especial incidencia de agresiones a personal sanitario, pero eso no quita que mejore la forma de prevenir y comunicar”. Y sobre todo “denunciar es fundamental, quien no denuncie tiene muchas posibilidades de que se repita la agresión en el futuro”.

“Es fundamental un discurso de prevención, para amortiguar la escalada de violencia a través de la comunicación no verbal. No se trata de aprender técnicas de kung fu panda, no, porque no hay una seguridad total, no existe por mucho que hagamos, pero lo que queremos es minimizar las agresiones, y si es posible, que no haya”, añade Javier Galván.

Pasos a seguir en una situación conflictiva con un paciente o familiar

En primer lugar, conviene saber detectar determinados aspectos de la comunicación no verbal que indiquen un crecimiento de la actitud violenta. Eso puede ayudar a prevenir la agresión, evitando el empeoramiento de la situación. Al mismo tiempo, evitar dar la sensación de estrés o malestar por situaciones laborales ajenas al paciente, aprender a diferenciar la ansiedad laboral de la atención clínica.

También es importante evitar espectadores innecesarios, intentar rebajar la tensión del paciente o familiar apartando a las personas y dialogando con otro tono, porque hay quienes se vuelven más violentos aprovechando la presencia de otras personas.

Si se produce la agresión verbal, lo recomendable es no responder y dejar que el paciente descargue sus emociones. Posteriormente, intentar dialogar rebajando su tensión, ponerse en su lugar, preguntarle para sacarle del denominado ‘síndrome del experto’, sin adoptar una posición de superioridad y pasotismo hacia su situación. Ahí es fundamental la comunicación no verbal, por ejemplo no estando con los brazos cruzados o no mirando a los ojos al paciente.

Si la situación no mejora y el intento de agresión es inevitable, se recomienda no dejar objetos peligrosos sobre la mesa o en lugares abiertos, tampoco mobiliario que entorpezca una posible huida. Y también es importante tener testigos para una posterior denuncia. Al mismo tiempo, la Policía Nacional dispone de una aplicación para teléfono móvil y tablet, Alertcops, donde con un solo pulsar un determinado botón se activa un aviso que llega al 091 en menos de dos segundos y permite grabar quince segundos de lo que esté pasando para que la centralita policial tenga conocimiento en directo y proceda a actuar.

La campaña #StopAgresiones de la Consejería de Sanidad también se dirige a los pacientes, divulgando la importancia de respetar al personal de medicina y enfermería, cuya única labor es velar por su salud. Porque los trabajadores sanitarios cuidan de tu salud, respétalos tú en su trabajo.