Indemnizada por sufrir "mala praxis" de un odontólogo
El Juzgado de Primera Instancia 1 de Valladolid ha dictado Sentencia, tramitada por los Servicios Jurídicos de la Asociación 'El Defensor del Paciente' en Castilla y León, condenando a la Aseguradora A.M.A. (Agrupación Mutual Aseguradora) a indemnizar a una paciente con la cantidad de 38.161 Euros por "mala praxis" de un odontólogo, con resultado dañoso para la paciente.
Los hechos se remontan a noviembre de 2015 cuando una mujer de 63 años acudió a una clínica de Valladolid ya que le faltaban algunas piezas dentales por lo que solicitó un presupuesto para su rehabilitación mediante prótesis fija con piezas de circonio.
El odontólogo programó una cirugía consistente en la retirada de todas las piezas dentales y colocación de los implantes con carga inmediata de prótesis, todo en un mismo acto, argumentando que era la mejor solución.
En la sentencia se reprocha que no se informara a la paciente de los riesgos y complicaciones del tratamiento propuesto, de otras alternativas igualmente válidas, para que la mujer pudiera decidir sobre la base de "una información completa y veraz" ya que existen técnicas "más conservadoras, menos arriesgadas".
Además, se recoge que no se trataba de un procedimiento necesario ni urgente, por lo que la paciente podía haber pospuesto su realización, e incluso optar por no realizarla.
El tratamiento propuesto y realizado por el odontólogo "fracasó" y desde el inicio del tratamiento, la paciente se quejó de inflamación y dolor y de que la prótesis implantada era "demasiado grande" para su boca, así como de sentir "hormigueo y adormecimiento de la mandíbula".
El odontólogo insistió a la paciente que la prótesis era la correcta, y que los implantes estaban bien colocados, y que las molestias que presentaba eran normales, aunque las quejas de la paciente no cejaron, lo que hizo que el médico realizara varios "ajustes" o "retoques", aunque las molestias no desaparecieran.
Por ello, el odontólogo propuso finalmente sustituir la prótesis por otra nueva que se ajustara mejor a la boca de la paciente, aunque nunca llegó a realizarse esta nueva prótesis.
Además, aparecieron unos bultos en los laterales de la nariz, que tras realizar TAC en otra clínica, se constató que eran provocados por los implantes colocados. El odontólogo negó que dichos bultos pudiesen ser provocados por los implantes que le había colocado aunque dichos bultos desaparecieron tras la retirada de los implantes por otro médico odontólogo.
Las continuas molestias, procesos inflamatorios, desajustes de la prótesis llevaron a la paciente a consultar con otro especialista, quien procedió a retirar los implantes y prótesis mejorando la sintomatología de la paciente aunque la mujer ha quedado edéntula y con una prótesis removible. El resultado del tratamiento "ha sido un absoluto fracaso".
La sentencia recoge que el tratamiento "fracasó" y que aparecieron todas las complicaciones inherentes al tipo de tratamiento realizado por el odontólogo, "de las que no había sido informada la paciente", por lo que dichas consecuencias han de ser asumidas por el profesional que la trató y, por ende, por la compañía aseguradora de su responsabilidad civil en el ejercicio de su profesión.
Se indemniza a la paciente por el menoscabo en su calidad de vida durante el periodo en que debió soportar los padecimientos del tratamiento, así como a ser reintegrada en el coste del tratamiento abonado al odontólogo, así como el presupuesto del nuevo tratamiento planteado a la paciente para la regeneración de su boca.
La paciente recabó la ayuda de la Asociación de 'El Defensor del Paciente' en Castilla y León, al sentirse "engañada" y la defensa del caso ha sido ejercida por el Abogado Santiago Díez Martínez.