Agustín Castilla-Ávila, amante de la ópera, gran guitarrista y espectacular compositor recala esta noche en la sede de la Fundación Rei Afonso Henriques con 'Die Lutherin' (La Luterana), una ópera de cámara para mezzosoprano, órgano, guitarra eléctrica y batería estrenada en 2017, que no dejará a nadie indiferente.

Un artista de lujo para el festival ‘Little Ópera’ en un escenario con encanto, no se puede pedir mucho más, muy reconocido a nivel internacional con una gran carrera que lo avala.

Usted ha estado en una infinidad de países tanto europeos como americanos así como en gran parte de la geografía española. ¿Qué actuación recuerda de un modo especial?

En octubre del 2011, tuve mi ópera de cámara "La Dulcinea de Don Quijote" en el festival Tardes de España de St. Petersburgo. En su estreno en el Festival de Passau en Alemania trabajé muy de cerca con la directora de escena Katrin Artl. En Rusia fue la primera vez que tomé la responsabilidad de la dirección escénica con la soprano Katharina Schwarz, el tenor Bernd Lambauer y el barítono Dmitri Ribero, con Alexis Soriano como director musical. Fue uno de los proyectos más agotadores que he realizado. Recuerdo que después de la función Bernd Lambauer me preguntó si había merecido la pena para mí tantísimo trabajo para dos horas de función. Le respondí que a pesar de estar exhausto, era muy feliz y lo volvería a hacer siempre.

Sus composiciones le han otorgado galardones internacionales, ¿cuál sería la composición con la que, a nivel personal y profesional, llegaría al culmen de su carrera, a qué le gustaría poner música como colofón de su satisfacción artística?

Tengo algunos premios como compositor, pero el más relevante fue el Premio de la Música de la Región de Salzburgo 2013 (Jahresstipendium) por mi ópera de cámara "The Rest is Silence", escrita íntegramente con silencio (y que sólo funciona con silencio).

Seguramente la razón por la que me convertí en compositor fue la ópera. Me apasiona. Intento siempre adaptarme a las oportunidades que tengo de escribir una (con frecuencia tengo que reducir la instrumentación y trabajarla con más profundidad para ofrecer la máxima calidad al espectador). He escrito cinco óperas de cámara (cuatro de ellas con libreto propio) que se han representado por Austria, Alemania, Eslovaquia, Rusia y España. Tengo muchísimas ideas y bocetos para nuevas óperas, algunas de ellas para mucha más instrumentación y voces. Estoy trabajando mucho con el libretista Herbert Mackinger en la ópera "Cerro Rico" a la espera de llamar la atención de algún teatro para poder realizar su producción.

Nació en Jerez de la Frontera pero se apellida Castilla-Ávila ¿le gusta esta tierra? ¿Cómo suena en su cabeza una obra dedicada a Castilla?

El hecho de nacer con estos apellidos hace que tengas un cariño muy especial por esta región y su cultura. Estuve hace muchos años en los cursos de El Bierzo con Cristóbal Halffter. Tengo muy gratos recuerdos de aquellos días. Además, la primera ejecución que tuve de una pieza mía en España fue en Burgos, "Presentimiento" ejecutada por el guitarrista Juan José Sáenz.

¿Qué le gustaría que el público dijera después de su actuación en Little Ópera?

En realidad no escribo para mí mismo. O no sólo. Es la responsabilidad de ser capaz de construir una historia músico-teatral. Sólo me gustaría que el público pueda disfrutar de la obra, que nuestro trabajo envuelva a los espectadores y ojalá que podamos comunicar los elementos y los diferentes mensajes de la obra.

¿Cómo convencería a los zamoranos y visitantes de que fueran a disfrutar del festival?

Viendo la calidad del programa, poco más se puede decir, especialmente después del éxito de las ediciones anteriores. En nuestra obra, además de ser un equipo de la más alta calidad, hemos trabajado mucho para envolver durante una hora en un sueño al espectador. Estoy completamente seguro de que La Luterana no los va a dejar indiferentes.