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Piscinas naturales en Salamanca para darse un aliviante chapuzón

5 agosto, 2018 01:14

En estos días de ola de calor de verano, con temperaturas que rondan el récord máximo histórico, cerca de los 39 grados en Salamanca y por encima de los 40 en las comarcas de Vitigudino y Ciudad Rodrigo, apetece, y mucho, refrescarse. Quienes disponen de una piscina en su comunidad o chalet, pueden hacerlo cuando lo deseen, quienes sean asiduos de las piscinas municipales de la capital o cualquier de los municipios de la provincia charra, también, pero hay otros muchos rincones donde poderse dar un aliviante chapuzón en entornos naturales privilegiados. Piscinas en mitad de ríos y arroyos para pasar una agradable y húmeda jornada.

Las más frecuentadas se encuentran en Puente del Congosto, a orillas del río Tormes, cuya zona de baño era la única autorizada por la Junta de Castilla y León, hasta este año, pues no hay ninguna en la provincia de Salamanca, es decir, un paraje con socorrista y medidas de seguridad. Por tanto, todas estas piscinas naturales son lugares donde se requiere, como se dice coloquialmente, no ‘hacer el cabra’ y estar vigilante con los niños. En Puente del Congosto hay pozas pozas cristalinas, una gran piscina natural y muchas zonas de sombra junto a un chiringuito, aseos y zona de aparcamiento.

En la Sierra de las Quilamas está La Bastida, un pequeño pueblo con escasos habitantes pero amplio terreno para disfrutar de la naturaleza. Un paraíso desconocido para muchos salmantinos una vez pasado el pueblo, en dirección hacia un recinto para campamentos de verano con merendero, una piscina coqueta pero muy frecuentada por los habitantes de la comarca.

Siguiendo por esta sierra, están las piscinas de Valero en el río Quilamas, en la carretera hacia San Miguel de Valero, construidas para acumular agua en unos cien metros cuadrados y unos dos metros de profundidad en lo que se conoce como el ‘charco del pozo’. Además, cuenta con chiringuito.

En la Sierra de Francia es muy frecuentada también la piscina natural de Villanueva del Conde, a la que se llega por la carretera que une a la localidad con Garcibuey, tomando una antigua carretera a mitad de camino. Un remanso de agua entre rocas, conocido como ‘charco de la cruz’, con aguas cristalinas del arroyo de San Benito, junto a un chiringuito.

Y en La Alberca están las piscinas naturales que forman las aguas del río Batuecas, dejando atrás el monasterio y siguiendo por un pequeño sendero lleno de vegetación bordeando el río. Se trata de una zona con abundante sombra, con saltos, cascadas y pozas.

Otra piscina natural muy frecuentada está en la comarca de Ciudad Rodrigo, concretamente en El Rebollar y el municipio de Villasrrubias. Es el paraje natural de Riofrío, con una amplia superficie de agua para nadar y abundantes zonas de sombra, además de césped tras acondicionarse la zona para bañistas.

En Las Arribes está la Playa del Rostro de Aldeadávila de la Ribera, una zona de baño que se forma en un meandro del río Duero, una auténtica playa fluvial con sombras e incluso la posibilidad de realizar un viaje en barco.

Finalmente, para los más intrépidos, está la antigua mina de estaño de Golpejas, donde se ha acumulado el agua y forma una amplia piscina natural con posibilidad de realizar saltos como si de trampolines se tratara. Se llega desde Vega de Tirados en dirección hacia Carrascalino o desde Golpejas hacia Espino de los Doctores. Eso sí, es una zona donde extremar la precaución, porque puede ser traicionera por la presencia de salientes de roca y pozas, por tanto no recomendable para ir con niños.