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Chamorro, en Doñinos: “Lo único incurable son las ganas de vivir”

8 agosto, 2018 08:53

Doñinos de Salamanca ha estallado en fiestas este martes con el lanzamiento del chupinazo y la pronunciación del pregón. El encargado de abrir el fuego festivo en la localidad ha sido el futbolista Dani Chamorro, jugador de Unionistas de Salamanca, que ha contado con un improvisado, pero sentido, prólogo por parte de su compañero de equipo, el guardameta Carlos Molina.

El cancebero ha reconocido que ha sido un año complicado para Chamorro y su familia, debido a la afección ocular que le ha tenido apartado de los terrenos de juego, pero ha indicado que la fuerza de su gente le ha ayudado a salir adelante. “Es uno más de mi familia. Me ha enseñado que el tamaño sí importa, el tamaño del corazón y él lo tiene grande”. Breve, Molina se ha despedido felicitando al pueblo por haber formado a una persona “así de grande”.

Entre lágrimas, el capitán de Unionistas y verdadero protagonista de esta noche, ha tomado el micrófono y se ha dirigido a los suyos repleto de agradecimiento y envuelto en aplausos. Chamorro ha recordado que en apenas unos meses ha estado en el ayuntamiento de su ciudad, Salamanca, y en el de su pueblo, Doñinos, para celebrar un ascenso y dar un pregón. Motivo de felicidad para el centrocampista.

Dani Chamorro ha confesado que la vida no le ha tratado del todo bien pero que el fútbol, a veces menospreciado, le ha enseñado un camino de disciplina. “No solo en la competición, sino en el día a día”. Por eso ha querido agradecer a sus compañeros y entrenadores la transmisión de todos los valores que le han inculcado. Especialmente, el trabajo en equipo. Por ello ha pedido a las autoridades presente implicación con el deporte base teniendo en cuenta el crecimiento del pueblo.

El jugador ha terminado agradeciendo a lo más cercanos, a su familia, a sus amigos y a su chica. Y se ha despedido, emocionado, con una sincera reflexión tras sus problemas de salud. Justo antes de los vivas a Santo Domingo y a Doñinos de Salamanca ha concluido que “lo único inclurable son las ganas de vivir”.