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Región

Cazadores en alerta: riesgo de ser cazados por garrapatas infectadas

11 agosto, 2018 10:09

La muerte de un cazador por la fiebre de Crimea-Congo que a finales de julio sufrió una picadura de una garrapata infectada con el virus durante una cacería en Badajoz reitera la alerta dada a finales de junio por el director general de Salud Pública de la Junta de Castilla y León, Agustín Álvarez Nogal, cuando reconoció que las lluvias de los últimos meses y las actuales condiciones atmosféricas han provocado que actualmente haya “muchísimas garrapatas por el campo”.

Incluso en abril un estudio coordinado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad alertaba de que había detectado la presencia de garrapatas infectadaspor el virus que causa la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en varias zonas de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Castilla y León. Pese al hallazgo, aseguran que el riesgo de contagio a humanos en España sigue siendo bajo. “No hay ningún tipo de alarma, no podemos descartar que aparezca algún caso esporádico de la enfermedad pero el riesgo es muy bajo”, explicaba entonces la directora general de Salud Pública del Ministerio, Elena Andradas. Y el caso apareció. Y ha sido mortal, lo que ha puesto en alerta a los cazadores, no sea que vayan a ser ellos los cazados, pero por una garrapata infectada.

Para prevenir y evitar ser víctimas de estos ácaros, es recomendable el uso de calcetines altos en las salidas al campo y, a ser posible, de color blanco, para apreciar mejor si uno de ellos está tratando de acceder a la piel. También es fundamental llevar agua potable, evitar beber de zonas donde se desconoce si las condiciones son las correctas, evitar una inadecuada exposición al sol o conservar los alimentos a la temperatura idónea y evitar aquellos que puedan provocar toxiinfecciones alimentarias.

Al mismo tiempo, se recomienda no estar en contacto con sangre de animales sin las correspondientes medidas de prevención, como pueden ser guantes. Cabe recordar que el contagio entre humanos, aparte de la picadura de una garrapata, solo es posible si se produce un estrecho contacto con la sangre, secreciones u otros fluidos infectados. Por eso la mayoría de afectados son varones adultos con ocupaciones relacionadas con la ganadería: pastores, ganaderos, peones, matarifes y veterinarios.

Hasta el momento se ha identificado la presencia del virus de Crimea-Congo en unas 300 garrapatas del género ‘Hyalomma’, en cuatro comarcas de Extremadura (Cáceres, Coria, Navalmoral de la Mata y Plasencia), una de Madrid (San Martín de Valdeiglesias), una de Castilla-La Mancha (Oropesa) y una de Castilla y León (Sotillo de la Adrada). Además, todos los parásitos infectados se habían extraído de animales silvestres, sobre todo ciervos, aunque también se detectaron en gamos, jabalíes y muflones.