Foto 2.- Entrada al edificio

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Región

Salamanca criminal: manual y técnicas de la mafia ‘okupa’

11 agosto, 2018 10:44

La crónica de sucesos está impregnada cada vez más con hechos delictivos hasta no hace mucho tiempo más propios de grandes urbes, de otras latitudes donde la delincuencia está a la orden del día. Pero la globalización también conlleva la expansión del delito y sus nuevas vertientes, que NOTICIASCYL les detalla cada domingo en una serie, acercándoles los detalles sobre prácticas cada vez más comunes en Salamanca.

Es el caso de los ‘okupas’, cada vez más sofisticados, como está ocurriendo con un chalé en Villamayor de Armuña, conocedores de las leyes para poder campar a su antojo por viviendas y chalés de constructoras desaparecidas o bancos que invaden como morada sin ningún tipo de respeto por los demás habitantes y cometiendo todo tipo de infracción, incluso delitos. Personas que recorren toda la provincia en busca de un objetivo asequible y que se han convertido en una especie de mafia.

La legislación vigente establece que para desalojar de inmediato a unos okupas sin necesidad de orden judicial debe haber una denuncia para que la Policía Nacional o la Guardia Civil actúe dentro de las primeras 48 horas del allanamiento. A partir de ese momento se necesita una orden judicial. Un proceso que no sólo puede dilatarse meses, en algunos casos hasta años.

¿Cómo actúan estos delincuentes? Disponen incluso de un manual con sus correspondientes técnicas y pasos a seguir. En primer lugar detectan el inmueble a okupar y lo vigilan para comprobar que está inutilizado. Entonces llega el asalto a través de forzar la puerta con una palanca o un taladro, o simplemente romper la ventana. Una vez dentro, inhabilitan la cerradura para que el propietario pueda acceder si detecta su presencia, ya sea con pegamento, grapas o una soldadura en frío. Incluso apuntalan la puerta con cadenas y candados.

Afianzada la okupación, llega el cambio de okupación para demostrar que llevan más de 48 horas dentro del inmueble y por tanto es de su propiedad. Incluso pueden cambiar la puerta. Además, para diferencia su condición de la de mero ladrón pueden hasta colocar pancartas y letreros reivindicativos para así no ser desalojados por la fuerza. Todo ello provocando siempre daños inferiores a 400 euros para que el delito sea leve y no conlleve penas de cárcel. Al mismo tiempo, dificultan su identificación para dilatar el proceso judicial, porque si no atienden a los requerimientos irán pasando las semanas hasta que puedan ser desalojados.

¿Qué hacer entonces? Según recomiendan los abogados, lo primero es solicitar el desalojo lo antes posible. Si no ha podido ser antes de 48 horas para que la Policía o la Guardia Civil desaloje la vivienda, se inicia el proceso para un desahucio en precario, para lo que es preciso una demanda civil. Así el juez señala un día y hora del juicio. Los okupas intentarán retrasar el lanzamiento, pero no podrán evitar el desalojo.

No es recomendable interponer una demanda penal si la casa estaba vacía, pues el proceso judicial se complica. Al menos pasará un año hasta que haya juicio e incluso el Juzgado puede archivar el caso al considerar que se trataba de una vivienda deshabitada y por tanto los okupas no han cometido delito alguno.