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Los mejores lugares para ver las ‘estrellas fugaces’ Perseidas en Salamanca

12 agosto, 2018 10:16

La lluvia de meteoros de las Perseidas, que sucede todos los años hacia el 12 de agosto, tendrá su pico de actividad desde las 22:00 horas de este domingo hasta las 10:00 del lunes 13. Según informa el Observatorio Astronómico Nacional, será un año excelente para poder apreciar este fenómeno porque habrá luna nueva el 11 de agosto.

Las Perseidas, también denominadas 'lágrimas de San Lorenzo' por la proximidad de su máximo al 10 de agosto, día de la festividad del mártir del mismo nombre, son visibles desde todo el hemisferio norte en pleno verano. Por tanto, se pueden ver perfectamente desde España. Basta cualquier lugar con tal de que proporcione un cielo oscuro. Así, es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión.

Aunque las Perseidas parecen venir de la constelación de Perseo, se pueden ver en cualquier parte del cielo. Se recomienda dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso, aunque indica que lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.

Para los habitantes de la capital, en los municipios del alfoz hay algunos rincones especiales para poder contemplar las comúnmente denominadas ‘estrellas fugaces’. En Monterrubio de Armuña está la ermita de la Virgen del Viso, ubicada en un montículo y con bancos para poder tumbarse, y en Cabrerizos un lugar ideal es La Flecha. Algo más alejado está el Monumento a Colón en Valverdón, Los Arapiles y el cerro de Carpio Bernardo junto a Alba de Tormes, lugares elevados, alejados de la civilización, aunque visitable con precaución al tener que trepar para llegar a la ‘cumbre’.

El resto de salmantinos tienen múltiples lugares para observar las Perseidas, dado el vasto terreno disponible en la provincia charra lejos de un pueblo o pedanía. En la Sierra de Francia un lugar mágico es la Peña de Francia, donde casi pareciera que se pueden tocar las estrellas con la mano, también en la Sierra de la Quilama junto a Navarredonda y Rinconada, o en La Covatilla y demás picos de las Sierras de Béjar y Candelario. Entre naturaleza también se puede disfrutar en el azud de Riolobos, las cuevas eremíticas de San Pelayo de Guareña, el Puente Mocho en Ledesma, los Riscos de Martiago, los montes de La Bouza o cualquier rincón de Las Arribes, destacando el Mirador del Fraile en Aldeadávila de la Ribera, el Picón de Felipe en Mieza y el Picón del Moro en Saucelle. Son solo algunos ejemplos de lugares idílicos para pasar esa noche.

¿Qué son las Perseidas?

Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora. Aunque su momento de máxima actividad suele tener lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto.

No obstante, el número de meteoros observables por hora es muy variable. En un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte puede superar el centenar. Sin embargo, el número de meteoros observados por hora puede variar muy rápidamente según varía la densidad de fragmentos en la estela del cometa. Así, su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año.

¿Por qué suceden?

Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos) que permanece en una órbita muy similar a la del cometa progenitor. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran distribuidos numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros.

La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente se denomina como estrellas fugaces. No se trata por tanto de una estrella sino de una partícula de polvo incandescente.

La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular, causando la ilusión en el observador de que están muy próximos. Los meteoroides de masa menor al kilogramo se calcinan completamente en la atmósfera, pero los mayores y más densos (de consistencia rocosa o metálica), forman meteoritos: restos calcinados que caen sobre el suelo.

Cada año a principios de agosto la Tierra cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, que tiene un periodo de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores, que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores. Cuando una de estas partículas, que formaron en su día la cola del cometa, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura.