Unos precios dignos para el ovino para evitar una “muerte lenta”
Los ganaderos de la Comunidad se encuentran en una “situación límite y traumática”. Desde las ASAJA Y UCCL denuncian la injusticia que viven los trabajadores del sector del ovino de Castilla y León. Desde 2015, se lleva vendiendo productos como el lechazo, el queso o la leche por debajo de los costes de producción. En la mañana de este jueves se han concentrado a las puertas de la Conserjería de Agricultura para luchar por unos precios dignos y para pedir que se llegue a un acuerdo para que la ganadería se mantenga viva.
No es la primera reivindicación de los ganaderos castellanoleoneses ya que “Hace un año, el 30 de agosto, estabámos en la Plaza Mayor a estas horas reivindicando ayuda y apoyo a las Administraciones por un año catastrófico en el sector agrícola y ganadero, porque no habia cosecha”, explicaba Donancio Dujo de ASAJA.
Este año se encuentran que deben seguir luchando por salvar uno de los sectores más importantes de la Comunidad, ya que los productos del ovino se venden por debajo de los costes de producción, algo que provoca una “muerte lenta” en la producción y en la vida de los ganaderos. Pero como manifiesta Dujo, esto no es lo más impactante, si no que los ganaderos de Castilla y León cobran 0,71 céntimos el litro de leche, por debajo de la media nacional que está en 0,76 céntimos y muy por debajo de Castilla La Mancha, que es la segunda productora de España y sus ganaderos cobran 0,84 céntimos por el litro. 14 céntimos menos por el mismo trabajo y esfuerzo, “esto no se puede permitir”, confesaba José Manuel González Palacín de UCCL.
La pregunta que lanzan en forma reivindicativa es ¿Por qué los castellanoleoneses cobramos menos que el resto de españoles?, siendo la región que produce el 60% de productos del sector en el país. Tanto Asaja como UCCL dejan claro que los culpables de esta situación son la industria y la distribución, pero que la Conserjería de Agricultura no puede “premiar” este abuso con ayudas de 125 millones al mes a los responsables de la catástrofe.
Todos juntos y con pancartas con el mensaje “Sin precios justos, la ganadería se acaba”, quieren que el esfuerzo y sudor de su trabajo diario se vea compensado con unos precios justos y por lo menos, castigar a quien ha permitido llegar a esta situación límite.