Arranca la feria taurina de la capital vallisoletana y con ella se ponen en marcha lo que se denomina la cultura del toro: exposiciones de pintura taurina, fotografía, esculturas, grabados…y el escaparate de la familia Angulo que, año tras año, vuelve a evocar la afición que mantienen los habitantes de la modesta, pero añeja, tapicería ubicada en la calle Goya de nuestra capital. El escaparate de la familia Angulo es ya un clásico en Valladolid.

Alejandro, tío y sobrino, más Gonzalo, el otro sobrino, vuelven a sacar los trastos toreros, las añejas fotografías, los carteles antiguos y actuales para vestir de gala su escaparate y ofrecer a los vallisoletanos su afición a la Tauromaquia bajo la exhibición de sus tesoros que dormitan todo el año en la trastienda hasta que llega la feria septembrina.

Con mimo, sumo cuidado y gusto por la estética, van montando su escaparate cuidando el detalle: el simulacro de altar con un velón encendido, y su macarena presidiendo flanqueada por dos ramos de rosas, un libro de toros de finales del siglo XVIII, fotografías de toreros de 1900, numerosos dibujos a tinta del ilustrador taurino Herranz…y una foto del “Viejo Coso” vallisoletano que salta a la vista.

En definitiva todo un compendio de Tauromaquia en un pequeño espacio, pero grande por su contenido y lleno de vallisoletanismo como es la familia Angulo. Aún quedan y personas y aficionados con sensibilidad. Enhorabuena.