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El Día de Muertos: su historia en un vídeo

1 noviembre, 2018 02:35

El Día de Muertos es una celebración tradicional mexicana de origen prehispánico que se celebra principalmente los días 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con las celebraciones católicas de Día de Todos los Santos y Día de los Fieles Difuntos. Esta festividad, además, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México por la Unesco en el año 2008.

Gracias a la popularidad que ha ido adquiriendo más allá de sus fronteras, gracias -en parte- a la película de Disney 'Coco', el Día de Muertos despierta hoy gran interés y curiosidad en todo el mundo por conocer más sobre cómo lo mexicanos asumen el culto a la muerte como una gran fiesta para honrar, recordar y celebrar a los que ya no están con nosotros.

Rodrigo Septién y Álvaro Pascual, artífices de 'Destripando la Historia', una serie de docu-vídeos colgados en YouTube y difundido en redes sociales donde estos dos artistas explican en vídeos animados el origen y la historia tanto de películas de Disney, como de tradiciones populares, se han encargado de 'destripar' la historia del Día de Muertos hasta remontarse a toda la mitología que hay detrás. Y lo han hecho, por supuesto, con un vídeo animado que rápidamente se posicionó en los primeros puestos de YouTube tendencias en México.

https://www.youtube.com/watch?v=3fYzacWm0QI

Su historia y su mitología

Los orígenes de esta celebración mexicana son anteriores a la llegada de los españoles. De hecho, existen registros de celebraciones de etnias mesoamericanas que rendían culto a la muerte, entre ellas la mexica, cuyos dioses encargados de definir el destino de las ánimas eran Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli, ambos, señores del Mitclan o "Lugar de los Muertos". Para llegar a este lugar, las almas debían atravesar y lidiar con una serie de obstáculos para poder ganarse el descanso eterno.

El Mitclan estaba dividido según la manera de morir. Así pues, a la Tonatiuh Ichan -casa del Sol- entraban aquellos guerreros que habían muerto en el campo de batalla. A Cincalco iban quienes eran considerados como infantes, pues al ser tan jóvenes se les consideraba inocentes.

Para que las almas iniciaran este trayecto era necesario que los vivos los acompañaran en la distancia por medio de un ritual. Este se iniciaba por la muerte de un ser cercano. La muerte se anunciaba con llantos por parte de las mujeres más ancianas de la comunidad. Después se colmaba al difunto con todos sus objetos personales y con copiosas comidas. Al cuarto día se llevaba su cuerpo a cremar o enterrar. A partir de este momento, el alma emprendía el trayecto en búsqueda de su descanso eterno.

Con la llegada de la población europea, este ritual se terminó convirtiendo en lo que hoy conocemos.