“El objetivo principal del Banco de Alimentos es evitar el despilfarro”
La Navidad es una época del año mágica. De esas que muchos tienen subrayada en rojo su calendario. Es un periodo para estar en familia, rodeado de los tuyos alrededor de un mesa para degustar los mejores manjares en buena compañía, aunque mucha de la abundante cena de Nochebuena o Nochevieja acabe en la basura mientras otros no tienen ni un trozo de pan para llevarse a la boca.
NoticiasCyL se desplaza hasta el Banco de Alimentos de Valladolid, ubicado en la calle Vázquez de Menchaca número 28 para hablar con su presidente Jesús Mediavilla, de este despilfarro y de un año fructífero para una entidad que ha ayudado a 16.000 personas y que ha batido su récord en ‘La Gran Recogida’ que se celebró los días 30 de noviembre y 1 de diciembre.
Pregunta. Ha cumplido cuatro años al frente del Banco de Alimentos recientemente. ¿Cómo ha cambiado la institución en este tiempo?
Respuesta: Cogí el testigo de José María Zárate, que por una enfermedad grave falleció. Estuve con él unos meses antes para que me trasmitiera su experiencia y me informara de qué podía hacer. A partir de ahí empecé a ver cómo estaba el Banco de Alimentos en ese momento y lo que yo podía aportar como presidente para que, de alguna forma y partiendo de lo que ya existía, mantenerlo y mejorarlo.
Mi objetivo fundamental era gestionar los productos para que las familias necesitadas recibieran una variedad de alimentos básicos necesarios para el desarrollo primordial de las personas con las vitaminas y proteínas suficientes. Contamos con una nutricionista voluntaria como era Margarita Alonso que nos enseñó el coeficiente que teníamos que aplicar a cada tipo de alimento para que las personas, especialmente los niños, pudieran tener una alimentación equilibrada y sana.
P. ¿Cómo es el trabajo en el Banco de Alimentos? Explíqueme.
R. Hacemos Operaciones Kilo y eventos a lo largo del año. En este 2018 habremos realizado 400 entre unas y otras. Especialmente en Navidad porque es la época del año más necesaria para atender a todas las familias y que a ninguna les falte estos alimentos.
Recibimos los alimentos, se clasifican por tipo y después hacemos otra clasificación por fecha de caducidad para cedérselos a las familias con un margen en dicha fecha. Tenemos un sistema informático que siempre te determina, dentro de un alimento, como por ejemplo es la leche, el palé de leche almacenada que más pronto va a caducar. Nuestro sistema siempre es coger el último para que no llegue a caducar.
Hay que diferenciar lo que es la fecha de caducidad y la de consumo preferente. En cuanto a la primera, nosotros no damos ningún producto que haya pasado su fecha de caducidad. Hablando de la segunda, el objetivo principal del Banco de Alimentos es evitar el despilfarro, por lo que aunque haya productos cercanos a esta fecha de consumo preferente, podemos darlos porque tenemos certificados de las empresas agroalimentarias en los que de alguna forma nos dicen que aunque esté pasada esa fecha de consumo preferente, se pueden dar.
La OCU está haciendo una campaña importante en este tema porque hay alimentos con los que no hay ningún problema por consumirlos incluso pasado un año como por ejemplo las mermeladas. Pierde alguna cualidad al pasar esta fecha de consumo preferente como el sabor o el tipo de textura del alimento, pero no el valor nutricional.
P. ¿Cómo colaboran los centros comerciales con el Banco?
R. Todos los supermercados e hipermercados de las diferentes cadenas colaboran con nosotros porque son empresas muy solidarias. Se hace a nivel nacional con convenios firmados a través de FESBAL (Federación Española de Bancos de Alimentos) en los que aparecen las condiciones con las que trabajamos con las diferentes cadenas.
Además, tenemos otra asociación de supermercados a nivel regional como es ASUCYL (Asociación de Supermercados de Castilla y León) que engloba los establecimientos asociados y funciona también con convenios donde se regula el cómo trabajar con ellos.
No tenemos ningún problema ni con supermercados ni con hipermercados. Todos colaboran de una forma u otra, no solo contribuyendo con las campañas que hacemos sino, además, recogiendo los alimentos de las diferentes cadenas que llamamos mermas, productos próximos a caducar, suelen ser de fecha de caducidad. Todos los días las recogemos porque estos productos el cliente ya no las va a comprar.
Con estas mermas, tenemos entidades que vienen a por ellas el mismo día y suelen ser entidades que lo van a consumir el mismo día o al siguiente. Para evitar el despilfarro hacemos esto. Por ejemplo, una lechuga cuyas primeras hojas están feas. Se lo cedemos a una entidad de consumo que quita esas hojas y lo utilizan, con la fruta igual. Evitamos que algo que es consumible se tire a la basura.
P. ¿Qué datos manejan para esta Navidad? ¿Será mayor la entrega que en otros meses del año? Detálleme.
R. Hemos cerrado la campaña más importante como es la de la Gran Recogida. Sin embargo, estamos haciendo muchas otras. En diciembre, además de la Gran Recogida, había otros 34 eventos programados hasta el 12 de diciembre. Del 12 al 31 de este mes tenemos varias campañas más. Constantemente nos llegan eventos concretos organizados por estas entidades que de alguna forma recogen productos para el Banco de Alimentos.
Lo menos importante es, al final, si se recoge mucha o poca cantidad. Lo más relevante es mover los corazones de las personas para que cada uno, en función de sus posibilidades, ayude a los que más lo necesiten.
P. ¿Cómo fue La Gran Recogida de hace menos de un mes?
R. Teníamos como objetivo los 240.000 kilos. En esta iniciativa contabilizamos todo lo que recogemos el 30 de noviembre y 1 de diciembre en supermercados e hipermercados pero hay muchas personas que no han podido ir a esos centros y vienen aquí a traernos alimentos. Todo este tipo de alimentos que nos llegan de supermercados lo incluimos como un apartado, no como supermercados o hipermercados, sino campaña.
Conjugando todo lo que hemos recogido de los 65 supermercados e hipermercados de la ‘Gran Recogida’ y con estos eventos de noviembre y diciembre, pasaremos de los 260.000 kilos, por encima de nuestro objetivo.
Si además valoramos que los alimentos pedidos este año pesan menos y cuestan más, el efecto de solidaridad es mayor. Hemos pedido cereales, cacao, conservas cárnicas para que las personas cuenten con proteínas y siempre pensando en los niños. El valor del alimento donado es mayor, de más precio, que pidiendo legumbres.
Estamos muy satisfechos porque todos los vallisoletanos han respondido a la demanda del Banco de Alimentos.
P. La clave del buen funcionamiento del Banco de Alimentos son los voluntarios. ¿Cuántos hay?
R. Voluntarios que venimos a trabajar todos los días somos un total de 72. Dentro de las diferentes áreas del Banco de Alimentos como son logística, operaciones kilo, y eventos, etc.
Voluntarios que han participado con nosotros en la Gran Recogida han sido alrededor de 1.500. Ahora tenemos un grupo de 15 personas a mayores que vienen todos los días para hacer la clasificación. Hasta que no están los alimentos clasificados por alimentos y por fechas de consumo preferente, no se pueden almacenar.
También son muy importantes las aportaciones que hacen empresas solidarias. Con ellas, hemos podido comprar del orden de 4.000 lotes de Navidad para las familias para tener la garantía de que todos los niños, estas navidades, van a poder comer turrón, mazapanes, polvorones, etc. Estos lotes se los damos a las entidades que los reparten a las familias.
P. Todo lo hacen de manera altruista, es decir, no reciben compensación económica ninguna por el trabajo realizado lo que es digno de alabar. ¿Qué lleva a estas personas a formar parte del Banco?
R. Aquí no cobra nadie. La gente que viene a trabajar lo hace para dar parte de lo que la vida y la sociedad le ha dado. Es una especie de rédito que entendemos que debemos dar a la gente necesitada ahora que somos jubilados.
P. La Navidad es un tiempo de despilfarro y mucha comida acaba en la basura… ¿Qué mensaje lanzaría a la sociedad para evitar este problema que parece invisible pero existe.
R. Es muy triste que haya exceso de comida, sobre todo los días de Nochebuena y Nochevieja. Podríamos reservar algo de lo que nos vamos a gastar en Navidad para donarlo a la gente que más lo necesitaría. Yo agradecería esto muchísimo en nombre de todos los voluntarios y de todas las entidades que atienden a cerca de 15.200 personas.
P. Unos tirando y otros pasando hambre…
R. Creo que de esto cada vez se está concienciando más la gente. De que ver alimentos en la basura y gente que hurga en la basura para recoger estos alimentos de cara a la salud e higiene no es bueno y nosotros pretendemos que esto no suceda.
P. Siempre ha dicho que hay mucha gente que no pasa por el Banco por vergüenza. Prefiere pasar hambre que acudir a recibir ayuda. ¿Ha cambiado esto?
R. Son los pobres vergonzantes. Hay un problema que la crisis ha dejado y que se está volviendo un poco crónico que son las familias en las que un matrimonio de más de cuarenta y cinco años con niños, que pierden el trabajo. Para este tipo de personas después de ser despedidas, un estudio de Cáritas apunta que solo el 7% de las mismas vuelve a encontrar un trabajo. Cuando digo trabajo, me refiero a un empleo que le dé cierta estabilidad a esa familia. Encuentran trabajo a tiempo parcial o temporal pero con eso no se resuelve su problema.
Son personas que sufren mucho porque han tenido de todo en la vida y ahora se dan cuenta de la gran dificultad que tienen. No piden sueldos como los que tenían sino un dinero para poder sacar a su familia adelante.
Me alegra los planes de empleo que se piensa para los jóvenes pero siempre digo que los políticos tienen que tener estos factores en cuenta porque influyen en familias vulnerables a los que les resulta muy difícil volver a su situación de antes de la crisis.
P. ¿Cuál es el perfil de la persona que acude al Banco?
R. Tenemos perfiles de todo tipo. Normalmente es gente de clase media y alguno de clase alta. Hay de todo.
P. ¿Este año a cuántas personas han atendido en Valladolid?
R. Redondeando, a 16.000 personas, 15220. Ha bajado del orden de 1.000 personas con respecto a diciembre del año pasado pero pese a que los índices de paro y las contrataciones son mejores, el tener un trabajo no asegura que no esté en riesgo de exclusión social. Trabajadores a los que no les llega para comer con lo que cobran. Cualquier ayuda les hace sentirse un poco mejor y atender otras necesidades como la luz, el alquiler y otras cosas que son muy importantes.
P. Además han celebrado una Zarzuela solidaria este mes de diciembre en el Teatro Zorrilla, ¿Cómo ha ido la iniciativa?
R. Yo estoy muy satisfecho. Conseguimos llenar el patio de butacas. Agradecer a la Diputación por cedernos la ubicación y a Amigos de la Zarzuela que tercer año consecutivo han dado lo mejor que tienen ellos como artistas de forma desinteresada y el importe de la venta de las entradas ha ido al Banco de Alimentos.
P. Un objetivo y un deseo de cara a 2019.
R. En cuanto al objetivo, vamos a planificar, en algo que he lanzado a los diferentes responsables del Banco, todos los eventos que vamos a hacer para el año que viene porque el objetivo mío es que, sobre todo en dos eventos como la Gran Recogida a finales de noviembre y el otro evento que realizamos todos los supermercados de Castilla y León a través de ASUCYL, ir al mayor número de centros y poder coger el mayor número de alimentos.
Estamos preparando un plan para que en los diferentes barrios de Valladolid las Asociaciones de Vecinos, Cáritas Parroquiales, Centros Polideportivos, etc. puedan cedernos voluntarios para atender supermercados próximos al barrio donde están implantados. Con eso se podrían mover a más voluntarios y el trabajo desde el Banco de Alimentos sería mucho más fácil.
A partir de este trabajo de las asociaciones, etc. llegar a más supermercados porque ha habido muchos que querían colaborar pero al no tener voluntarios no lo han podido hacer. El reto para el año que viene es que eso se haga y que podamos saber todos el plan y las actividades para hacer en este 2019 que está a punto de entrar.