Los múltiples premios que la Lotería de Navidad ha repartido en Salamanca, entre ellos siete décimos del Gordo, han desatado la fiebre entre los jugadores, que  buscan la suerte en las administraciones agraciadas. Dinero llama a dinero, que reza el dicho popular. Pero los supersticiosos pueden contar con algo más de ayuda si saben dónde buscarla.

Por ejemplo en la rana de la fachada de la Universidad. Según la tradición, quien logra encontrarla, si es estudiante, aprobará sus exámenes. Pero la acción se ha extendido a tenor de las miles de vivistas turísticas que recibe el monumento y se dice que quien logra encontrarla dispondrá de una buena estancia e incluso la suerte le acompañará durante una temporada.

También es augurio de buena suerte otro lugar relacionado con la institución académica. Siglos atrás el examen final se realizaba en la capilla de Santa Bárbara de la Catedral Vieja. Allí pasaba toda la noche el alumno antes de la prueba, sentado en una silla, con los pies apoyados sobre los de la escultura yacente del Obispo Lucero, situada en el centro de la capilla. Se dice que quien llegaba a la escultura aprobaría el examen y ahora también se ha extrapolado como una señal de buena suerte.

Y en el exterior de la Catedral, pero la Nueva, se dice que hay otro lugar de benignos augurios. Todo el mundo acude a la Puerta de Ramos en busca de la figura del astronauta, pero también hay un conejo, que dicen concede suerte si se encuentra y se toca. De hecho, de tanto acariciarse tiene una tonalidad diferente al resto de figuras.

Pero, si todo esto es poco, siempre quedan otros lugares denominados mágicos donde, más que suerte, se pueden pedir deseos. Por ejemplo el pozo del Huerto de Calixto y Melibea o el Cristo de los Milagros en la iglesia de Sancti Spíritus, o más allá de la capital el Cristo de Cabrera junto a Las Veguillas. Porque para los supersticiosos toda ayuda es buena.