El integrante del clan de los 'Monchines' Rafael R.L se ha entregado a las 8.30 horas de este miércoles a la Policía Nacional después de permanecer en busca y captura tras la difusión de un video en redes sociales en el que se le ve pegando tiros al aire junto a su hijo José Enrique R.R, quien se entregó este lunes y fue puesto en libertad ayer martes por el Juzgado de Instrucción número 4 de Valladolid.
Rafael R.L se ha negado a declarar en la comisaría de la Policía Nacional y a lo largo de la mañana pasará a disposición judicial, según han informado fuentes de la Subdelegación del Gobierno.
Su hijo, José Enrique R.R pasó la noche del lunes en los calabozos de la Comisaría de Delicias, donde se entregó en la tarde del mismo lunes, y fue puesto a disposición del referido juzgado en la mañana del martes, allí, acompañado de su abogada, declaró que se encontraba celebrando la Nochevieja--la grabación es del día 27 de diciembre--y que alguien le pasó una pistola con la que efectuó al aire cuatro tiros de fogueo, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Tras su declaración, en la que no identificó al supuesto propietario del arma y se negó a responder a preguntas sobre su padre, José Enrique R.R. quedó en libertad con cargos por presunto delito de tenencia ilícita de armas.
Su padre, Rafael R.R, que aparece también en el vídeo filmado a las puertas de su domicilio en la calle Duero, en el barrio de Las Viudas, blandiendo lo que parece ser una subametralladora --se desconoce si es una detonadora o un arma real--con la que realiza una ráfaga de tiros al aire, se ha entregado en la mañana de este miércoles.
Rafael R.R. es un 'histórico' del clan de los 'Monchines' que ya fue condenado en 2005 y 2006 por la Audiencia de Valladolid a penas que suman un total de siete años de prisión.
Se da la circunstancia de que el 29 de octubre de 2015 ya fue detenido por un delito de tenencia ilícita de armas, tras ser interceptado en el bar 'Esquila', en el barrio de Pajarillos, en posesión de una pistola y dos cargadores municionados.
Alegó entonces que se hizo con el arma con el fin de proteger su vida por temor del regreso a Valladolid del clan de los 'Miguelones', uno de cuyos miembros fue condenado en 2006 por la muerte a tiros, dos años antes, de un sobrino suyo.