Fue una acción-reacción como se suele decir. El pasado domingo Venancio Álvarez contaba su avistamiento de ovni en el municipio vallisoletano de Castronuño. “Le fuimos viendo hasta Tordesillas…”, hasta que ahí entró el presentador del programa Cuarto Milenio, Íker Jiménez, sobresaltado. “¿Usted sabe lo que le pasó a un niño de Tordesillas?”, le preguntó Íker a Venancio. “Se me acaban de poner los pelos de punta al mencionar Tordesillas”, acabó asegurando.
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El presentador se acordaba de un caso extremo de avistamiento que él había descubierto. Era el de “El niño de Tordesillas”. En el mismo, un objeto con una portezuela que se elevaba generando una neblina disparó un haz de luz que golpeó entre el estómago y el pecho a un Martín Rodríguez Rodríguez que ha pasado ya a la historia de la ufología.
Un grupo de niños jugaban por el municipio vallisoletano al “bote la malla”, variante del escondite. Con el fin de esconderse, tanto Martín como Fernando Caravelos se alejaron hasta un semiderruido corral hasta que apareció este objeto.
“Cuando tuve el parte médico de Martín en las manos me di cuenta de que su vida se había convertido en un calvario. Entre 14 y 16 operaciones cerebrales a vida o muerte drenándole líquido cefaloraquideo y todo tras esta aparición”, afirmó Íker Jiménez, que hacía mención a la ocasión en la que Martín visitó su plató en 2006, en un programa emitido justo hoy hace un año, el 12 de febrero de 2018, que les dejamos AQUÍ.
“Dieron a Martín por muerto. Cuando recobró la conciencia tras el ataque hizo un dibujo escribiendo: “Yo he visto un ovni””, añadió Jiménez.
En el programa de hace un año aparece Daniel Pérez, que en las mismas fechas en las que Martín Rodríguez era protagonista de un encuentro clásico de la ufología de los 70, este hombre también fue testigo de la aparición de una luz tripulada sobre la misma población vallisoletana.
Daniel narra su historia y añade que “lanzó una piedra” al artefacto luminoso que se apagó de golpe para que “a los 3-4 segundos apareciera una silueta de una puerta” en la que “se podía ver una cabeza y un cuerpo apepinado” aunque “no se podía decir que tuviera piernas ni brazos”, afirma Daniel antes de añadir que “trató de comunicarse” con él.
Otro caso más, curioso de ufología que rescató Íker Jiménez en su programa Cuarto Milenio.