Castilla y León convulsiona Ciudadanos
Ya decía una amiga, de años en el tiempo y militante de Cs, cuando comenzó ese 'a cara de perro' periodo de primarias en Ciudadanos, que "también Pedro Sánchez ganó al aparato con el apoyo de las bases". Ya le he dado la razón. Cuando las cosas, y más en política, se hacen tan rematadamente mal, ocurre lo que tiene que ocurrir. Y si, además, los problemas llegan enquistados, caso concreto de Salamanca, sin que nadie con poder real en ese aparato se atreva a realizar operación quirúrgica alguna, pues ocurre lo acontecido en la provincia charra. Y, a mayores, ya decía Juncal que "las prisas son para los delincuentes y los malos toreros", pues todo queda medianamente dicho.
El esperpento, se mire como se mire, ofrecido por Ciudadanos en este más que complejo sistema de votación para primarias pasará a los anales de la historia de lo que no se debe hacer en política. ¿Quién salió raudo a ofrecer los resultados el sábado? ¿Es que nadie ha pasado por la escuela para saber sumar y restar? ¿Cómo puede ser posible que nadie, si las gentes de Paco Igea no se hubieran dado cuenta, de que los datos no cuadraban? ¿Había algún interés de por medio? ¿Alguna mano negra, porque Cs las tiene, como bien saben en CyL y Salamanca? ¿De quién es la famosa IP de autos para emitir por sí solita cerca del 8% de los votos electrónicos? Cuántas cosas, amiga. Y como tú dices, "lo que todavía nos queda por ver".
Todo indica que la inclinación de resultados a favor de Francisco Igea en su cómputo general se ha producido en Salamanca. No conocemos los datos ciertos, por tanto no cometeremos el mismo error, pero a buen seguro que esa diferencia del 4% entre uno y otra, del 51, y el 47%, proviene de la provincia de Salamanca. Nadie en la Secretaría de Organización, si así se llama -porque sería un tratado de la incompetencia hablar de ese cargo-, hasta la misma estructura regional quisieron meter mano, o mejor bisturí, ante unos problemas que cada día que pasaban se enquistaron más. Había una ruptura total entre la provincia y la capital. Unos trabajaban por las siglas, por llevar el eslogan de Cs a todos los rincones de esta vasta provincia. Otros no hacían más que poner palos en las ruedas. Y así un año tras otro y un mes tras otro. Quienes debieron de intervenir miraron para otro lado. Sus miras eran demasiado altas para dedicarse a tareas tan nimias. Pues, he ahí los resultados. El varapalo en la provincia de Salamanca ha sido de época. Pero no solo eso, sino que ha quedado desmotrado el distanciamiento entre la púrpura y el pueblo. Cuando se carecen de líderes, o los que creeen que son no ejercen, llegan las consecuencias. Un partido en Salamanca, y en muchos otros lugares de Castilla y León, roto, desunido, enfrentado, cabizbajo, hazmerreír... y con dimisiones a la vuelta de la esquina. Si don Paco Igea y las almohadas no lo evitan.
Existen otras cuestiones de mayor calado en toda esta vorágine que ha vivido y soportado Cs CyL en este tiempo de primarias. No entramos a decir, porque ya no tiene ningún sentido, si Clemente o Igea, o Igea y Clemente son mejor o peor candidatos para salvarle o pegarle en el trasero a Fernández Mañueco. Lo cierto es que el partido naranja ha quedado muy tocado. Costará coser los descosidos producidos en esta fase de primarias. Ay! las dichosas primarias. Cuestiones como el enfrentamiento de Paco Igea, procedente de UPyD, a los designios del aparato en Madrid que arrastraron también a toda la estructura regional en contra del exdiputado. Quizás se esté desarrollando una batalla entre dos sectores duros, por un lado los procedentes de la antigua formación de Rosa Díez -todos, o casi todos, han sido distanciados de Madrid, hacia arriba como Garicano, o a sus territorios, como Cantó a Valencia- y por otro todo el 'estado mayor' capitaneado por Villegas, pero que nadie obvie que Villegas es el brazo ejecutor de Albert Rivera.
Sin dudar de la honestidad de Francisco Igea, ¿se enfrentaría a un aparato que poco menos que esta sovietizado si no subyacen otras cuestiones de poder entre facciones ideológicas o personales de por medio? Es algo que más pronto que tarde se sabrá. Ya se conoce que enfrentarse a estructuras tan férreas como las de Cs en la mayoría de las ocasiones es un suicidio, que a punto estuvo Igea de realizarse por esa 'mano negra' del 'rasputín' de turno.
Cs debe mirar para adelante, amigo Carlitos -te pongo como ejemplo-. Intentar tapar brechas, curar heridas y seguir adelante, aunque todo haya quedado más que tocado. Cuando el Cs que este periodista conocía, al menos en la provincia de Salamanca, era una piña, era una familia, eran amigos que vivían y disfrutaban a favor de la naranja. Eso, mucho nos tememos, tardará en volver a repetirse. También es momento de quitar del cesto a las naranjas podridas, que haberlas haylas y con mala uva y, además, no son puras, no pasarían la prueba del algodón que para otros y otras pedían... El pasado es el que es y nadie lo va a borrar, por mucho típex que se ponga.
Cuestión no menos baladí es el margen de actuación que tendrá Paco Igea para confeccionar un equipo competente y fiel. La estructura del partido en Castilla y León es la que es... Madrid ha quedado más que tocado. Y ya se sabe, en política las infidelidades son muy difíciles de perdonar y olvidar. He ahí la cuestión Mañueco y Clemente. La confección de listas de procuradores en las provincias también traerá más que un problema. En política, el que gana manda y el que pierde se va para casa, más pronto que tarde. Esa cuestión de integración no son más que palabras huecas en los políticos. Ejemplos, a montones.
Largo y complicado camino le queda a Cs de aquí al 26 de mayo. Ante todo coser los rotos, sanar las heridas, aunque queden con algo de pus y, sobre todo, quién conforma las listas y cómo se conforman y con quién se conforman para arropar a Paco Igea, que en menudo embrollo se ha metido y ha metido al partido en Castilla y León, no digo por su culpa, sino por la carestía de líderes que hubieran evitado esta sangría. Ahora, más que nunca, esperemos acontecimientos en cuanto a personas, porque la tarta no da para tantos golosos y por el camino, esperemos, no queden muchos cadáveres, como ese primero que ha caído, Pablo Yáñez, cuánto qué contar y cuánto para callar, ay!