Hay testimonios e historias desgarradoras, de esas que cuesta contar, más aún si el protagonista es un pobre animal que te mira mientras le fotografías queriéndote decir algo pero sin poder hablar. Este es el caso de Nito.

“Nito llega a mi vida por una amiga que hace un viaje de vacaciones a Granada, a Motril. En un pinar de allí se encuentra al animal. Es algo doloroso para el animal y también para una persona que paseando se encuentra con un perro ahorcado pero todavía con vida. Estaba colgado, le descolgaron y el perro cayó al suelo. Llevaría 2 días allí”, nos cuenta Irma, en declaraciones a NoticiasCyL Valladolid.

Todo en el marco de la celebración de la manifestación contra la caza que se desarrollado esta mañana por las calles de la ciudad del Pisuerga y donde estaba nuestro protagonista.

“Nito estaba muy mal porque tenía perdigones por todo el cuerpo y aún tiene señales”, nos confiesa su dueña. De esto hace algo más de cuatro años. Ahora, el galgo tiene 6 aproximadamente y disfruta de una nueva vida.

“Al galguero o cazador se le olvidó quitarle el microchip, con lo que la protectora de allí localizó al dueño y vio como tenía a los demás perros, en jaulas, para trabajar. Son tratados como objetos, se les arrancan los espolones, se les hace cruce entre galgo y podenco para cazar liebre o conejo y si no les sirve se deshacen de él de la manera que sea”, añade Irma.

Una auténtica pena. Por suerte, Nito aún vive tras un episodio negro y mueve el rabo de felicidad en su nueva vida con una dueña que le da todo el cariño y amor que se merece.

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