En el primer semestre de 2021 la caída de la tasa de emancipación registrada en la población de entre 16 y 29 años en Castilla y León no fue tan acelerada como la del resto del país, pues en la comunidad ya se registraban unos niveles de emancipación bastante reducidos. A mediados de 2021, el 14,7 % de las personas menores de 30 años vivía fuera del hogar familiar en Castilla y León, equiparándose al conjunto estatal (14,9 %).
El mercado inmobiliario en la comunidad era algo más accesible que en otras comunidades autónomas: una persona joven que adquiriese una vivienda debería dedicar teóricamente el 33,0 % de su salario para la cuota hipotecaria. El alquiler, como en el conjunto de España, también seguía inviable para una persona joven en solitario, puesto que significaría tener que dedicar más de la mitad del salario, el 56,3 %. Para un hogar joven sería perfectamente plausible comprar o arrendar una vivienda libre.
Al mismo tiempo, la participación en el mercado de trabajo de las personas jóvenes castellanos y leonesas era muy limitada. De hecho, la tasa de inactividad aumentó muy ligeramente hasta alcanzar el 52,0%, mientras que en el resto de comunidades autónomas se redujo de forma generalizada a causa de la reactivación económica (la tasa de inactividad juvenil en España era del 46,1%). La falta de perspectivas laborales condujo a parte de la población joven a trasladarse a otras provincias diferentes a la de nacimiento, siendo una práctica más habitual que en otras comunidades autónomas.
El saldo migratorio interautonómico de Castilla y León era de los más negativos de España aunque se suavizó debido a las limitaciones a la movilidad que imperaron durante el estado de alarma en 2020.
En España
En el primer semestre de 2021 tan solo 1,5 personas jóvenes de cada 10 vivía de manera independiente a su familia, desplomándose hasta mínimos históricos la tasa de emancipación.
Contar con una fuente de ingresos continua, procedente de un empleo remunerado, es una premisa indispensable, aunque no la única, para aquellas personas jóvenes que deseen abandonar el hogar familiar. Sin embargo, a mediados de 2021 la mayor parte de la población joven no contaba con la estabilidad económica suficiente para constituir su propio hogar. De hecho, durante ese período más de la mitad de las personas jóvenes que trabajaban por cuenta ajena ocupaban un puesto de trabajo de carácter temporal (el 54,7 %). Además, la probabilidad de trabajar en condiciones de parcialidad (27,8 %), sobrecualificación (43,0 %) y subocupación (17,8 %) aumentó con respecto a finales de 2020, lo cual reflejaba la continuada precarización del empleo juvenil.