En pleno debate sobre las explotaciones de intensivo, la Junta de Castilla y León ha resuelto desde 2014 un total de 78 procedimientos (58 con sanción) de los 99 incoados a granjas porcinas de más de 2.000 cabezas en la Comunidad por incumplimiento de normativa medioambiental.
Sin embargo, el Ejecutivo regional asegura que no se ha producido un incremento de la contaminación por nitratos en las aguas en los últimos años debido a la proliferación de granjas de porcino, según informa la Agencia Ical.
Por provincias, es Salamanca la provincia que registra desde 2014 el mayor número de sanciones con un total de 26, seguida de Burgos con 11, siete hay registradas en Soria, seis en Ávila, cuatro en Segovia y dos tanto en Zamora como en Valladolid.
En el resto de provincias no figura la apertura de ningún expediente por el impacto ambiental de granjas porcinas de mayor tamaño.
Datos que ha hecho públicos la Junta tras una pregunta de la procuradora de Podemos, Laura Domínguez. Así, el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha explicado que el principal impacto de los purines en el territorio y los recursos naturales se centra fundamentalmente en el agua.
Las competencias a este último respecto recaen sobre las confederaciones hidrográficas que envían anualmente al Gobierno regional datos sobre la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, para proceder, en su caso, a la declaración de zonas vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agropecuario.
Zonas vulnerables
El consejero ha precisado que mediante un decreto de junio de 2020 se designaron las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero a aquellas que superaran el valor de 50 mg/l de nitratos en aguas y que, de forma inequívoca o al menos en parte, era provocado por la actividad agropecuaria.
Del análisis de las zonas vulnerables declaradas y la densidad ganadera, no hay una relación directa entre ambas, por lo que entiende la Consejería que la contaminación difusa por nitratos obedece a la aplicación en los campos agrícolas de cantidades de abonos nitrogenados por encima de las necesidades reales de los cultivos.
Como detalla, estos abonos pueden ser estiércoles o abonos de origen químico, y lo previsible es que, en ausencia de actividad ganadera en el entorno próximo, se utilicen abonos químicos y que estos sean el origen de la contaminación en esas zonas.
Por ello, concluye que no se ha producido un incremento de la contaminación por nitratos en los últimos años debido a la proliferación de granjas de porcino, habiéndose identificado las zonas contaminadas anteriormente existentes a medida que se ha ido desarrollando la red de control piezométrico de las confederaciones hidrográficas.
En relación a las emisiones de amoniaco, a partir de los inventarios nacionales de emisión realizados por el Gobierno nacional, ha explicado que es un gas que, a concentraciones medias o bajas (que son las que previsiblemente se podrían dar en el entorno de las granjas), carece de efectos sobre la salud de las personas o estos efectos son poco significativos, salvo para personas trabajadoras de las granjas que están sometidos a una mayor exposición.
Respecto a la cría intensiva de aves de corral o de cerdos, la Junta de Castilla y León asegura que se está cumpliendo co el objetivo de la reducción de las emisiones contaminantes, conforme a la Directiva del Parlamento Europeo.