Ya sabemos que las elecciones autonómicas del próximo 13 de febrero no van de la mano de las municipales. Es decir, en esta ocasión solo habrá que elegir una papeleta y un sobre para coronar al presidente de la Junta de Castilla y León. Hasta esta ocasión, siempre fueron juntas. Y esa frase de “voto al alcalde que le conozco y para la Junta pues al mismo” era una verdad muy grande. Pero ahora no será así. En esta ocasión los votantes tendrán que salir de casa solo para votar al candidato de la Junta, una administración a la que siempre se ha visto distante y sin apego. Porque no nos podemos engañar, votamos al alcalde. Mientras que en las autonómicas votamos a un número uno por circunscripción que muchas veces ni se conoce.
En general, los comicios autonómicos se han visto y se han vivido en clave nacional, mientras que la movilización a la hora de elegir a los alcaldes también ha sido un importante efecto movilizador ya que siempre se ha sentido como una administración cercana y de hecho eso influye en una importante movilización electoral en los pequeños municipios castellano y leoneses. ¿Qué pasará en esta ocasión?
En las pasadas elecciones autonómicas, las del 26 de mayo de 2019, la participación fue de un 65,8% en toda Castilla y León (1.385.790), mientras que en las municipales, sumando los votantes de las nueve provincias, se elevó hasta el 71% con 1.403.396 personas que ejercieron su derecho al voto. Es decir, casi 5 puntos más. Las personas votaron a sus alcaldes pero muchos lo dejaron sin hacer para el presidente de la Junta.
En todas las elecciones de este siglo en la Comunidad ha ocurrido lo mismo. En las del 24 de mayo de 2015, la participación fue del 64,87%, mientras que la media para las municipales fue de 70,1%, según los datos extraídos de la web del Ministerio de Interior. Similar situación a la vivida e 2011 cuando el porcentaje de personas que votaron para la Junta fue de un 67,5% y para las municipales de un 72,2%. Solo en 2007 los resultados son similares, con una diferencia de cuatro puntos (70,7 vs.71,1%).
En 2011 la participación fue del 67,5%, tres puntos por debajo de la que se vivió en 2007. Aunque la mayor convocatoria fue en 2003 cuando se registró una fiesta de la democracia con un porcentaje de 72,7%.
Por eso, los partidos políticos temen como nunca a la abstención, de ahí que hayan llamado a la movilidad. Los grandes porque quieren tener cuantos más escaños mejor, en el caso del PP incluso la mayoría absoluta, mientras que en los pequeños porque son conscientes de que con menos votos será más complejo llegar al 3% mínimo para poder obtener representación. Siempre ha existido un importante efecto arrastre al estar los Comicios Autonómicos insertos en otras campañas electorales nivel estatal: municipales y gran parte de Comunidades Autónomas, sin embargo, ahora vuelan solos.
“Como es bien sabido existe una escasa conciencia regional en Castilla y León”, apunta Mariano González Clavero, doctor en Historia Contemporánea, licenciado en Ciencias Políticas y profesor asociado en la Universidad de Valladolid, sin embargo, “en todas las convocatorias electorales la participación es mayor que la media nacional”. Y es algo que los datos confirman.
Echar un vistazo a los datos de votaciones nos lleva a curiosidades. Por ejemplo, en León en las elecciones de 2011 un 70,6% votó para las municipales, y ese mismo día, solo un 64,52%. Una diferencia de seis puntos. Lo que está claro es que proyectar los resultados de unas municipales sobre otros comicios es un ejercicio de alto riesgo. No puede tomarse como una predicción, porque a menudo se vota de manera distinta en unos comicios y otros.
Por provincias
En los comicios de 2019, la provincia que más votó en las Autonómicas fue Ávila con un 77,04% de participación, seguida de Segovia con un 74,59%. El tercer puesto del podio fue para Palencia con un 72,94%, y muy cerca Zamora con un 72,2%. Valladolid también superó la barrera del 70%, con un 71,21%. Mientras que por debajo se quedaron Burgos (69,03%), Salamanca (69,79%), Soria (69,93%) y el que menos gente votó fue para León con un 68,07%. Unos datos que no son casualidad ya que la provincia leonesa, por ese sentimiento de Región propia, es la que siempre tiene menos participación en las urnas autonómicas. La cifra más baja la tuvo en 2011 cuando solo tuvo una participación del 64,52%.
Por este motivo, estas elecciones autonómicas que van solas de la mano se han convertido en una prueba de fuego contra la abstención. A la falta de las municipales, además se suma el invierno de febrero y votar en pandemia.