Los votantes indecisos decidirán el resultado final en Castilla y León. Así se desprende del resultado del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado 7 de febrero. Según este estudio, el 23% de los electores llamados a las urnas en la región el próximo 13 de febrero aún no han decidido su voto. Los partidos se están centrando durante los últimos días de campaña en intentar convencer a los ciudadanos que aún no tienen decidido su voto y que serán decisivos para el resultado final de los comicios.
El PSOE se vuelca en la campaña
El PSOE se ha volcado durante los últimos días en la campaña de Castilla y León. Los socialistas daban por perdidas las elecciones antes del inicio de la precampaña, a tenor de los resultados que mostraban las encuestas, y buena muestra de ello es que Pedro Sánchez participó de forma muy limitada en los primeros actos de su partido en la comunidad. Pero el retroceso del PP en los sondeos en la última semana ha llevado al partido a conceder una mayor importancia a estos comicios y el presidente del Gobierno ha empezado a hacer acto de presencia más asiduamente. De hecho, el miércoles participó en un acto en Soria, el jueves en Burgos y estará este viernes en el acto de cierre de campaña en Valladolid.
La búsqueda del voto indeciso ha llevado además al Gobierno a utilizar su capacidad legislativa con propuestas dirigidas a tres de los grandes problemas de Castilla y León: la despoblación, los problemas del sector agrario y la desindustrialización. El pasado martes el Ejecutivo aprobó en Consejo de Ministros la aprobación de inversiones para el sector agro-industrial además de aprobarse una inyección de 1.000 millones de euros en inversiones públicas en pequeñas y medianas empresas o en cooperativas. Una medida que, según Sánchez, favorecerá la creación de 16.000 empleos. Además, el plan se complementa con 130 medidas que se pondrán en marcha durante el próximo año, con una inversión de 10.000 millones de euros.
El PP moviliza a sus pesos pesados
El Partido Popular también parece haberse dado cuenta de la importancia de convencer a los indecisos y ha movilizado a todos sus pesos pesados en la recta final de la campaña electoral para intentar remontar en los sondeos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aterrizó el pasado fin de semana en Castilla y León al rescate de un Mañueco en horas bajas y participó el sábado en un acto en Segovia y en otro en Burgos. El martes acudió a Valladolid, donde se dio un baño de masas, y estará en el acto del cierre de campaña el viernes donde compartirá escenario con el líder popular, Pablo Casado, el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo y el de Murcia, Fernando López Miras.
Los populares han centrado su objetivo en los exvotantes de Ciudadanos que, según todos los sondeos, es el partido con un votante más voluble y menos fiel y, por tanto, menos decidido a votarles. Mañueco sabe que sus posibilidades de obtener una mayoría amplia pasan por comerse a los de Francisco Igea y en los dos debates electorales buscó el enfrentamiento dialéctico de forma constante con su exsocio de Gobierno. El votante del otro competidor del PP, Vox, parece mucho más inaccesible ya que se trata de la formación política con un votante más fiel y convencido de depositar su papeleta en la urna el próximo 13 de febrero.
La participación es menor en las elecciones autonómicas que en las municipales
Una cuestión relevante de cara a estas elecciones, y de la que son conscientes los partidos, es que son los primeros comicios autonómicos de Castilla y León que se celebran desligados de las municipales. Las elecciones locales suelen ser un incentivo para ir a votar en una comunidad en la que el sentimiento identitario regional brilla por su ausencia –tan solo un 20% de la población considera tener un sentimiento regionalista fuerte–mientras que los problemas de los municipios siempre dan la sensación de ser más cercanos para los ciudadanos. Por tanto, existen más posibilidades de que los indecisos opten por quedarse en casa al tener solo el incentivo autonómico para ir a votar.
Esto queda constatado con los datos de participación de las últimas tres elecciones. En el año 2011 en las elecciones autonómicas participó un 67,5% y en las municipales un 71,3%, casi cuatro puntos de diferencia a pesar de que una urna estaba al lado de la otra. En 2015 esta tendencia se vio acrecentada y la diferencia de voto entre unos comicios y otros fue de 4,53 puntos. En las autonómicas participó solo un 64,8% de los electores convocados frente al 69,3% de las municipales. Esta dinámica no fue tan marcada en 2019, debido al impulso de las elecciones generales celebradas solo un mes antes de estos comicios y al hecho de que además de elecciones autonómicas y municipales se celebraron también europeas. Con todo, hubo más participación en los comicios locales, con un 71%, frente al 70,7% de las elecciones regionales.
Ciudadanos y Unidas Podemos presumen de gestión, Vox aprovecha su momento
Ciudadanos, ante la previsible debacle que anticipan las encuestas, está intentando retener a esos votantes que pusieron su confianza en ellos en 2019 e Igea está centrando los últimos días de campaña en presumir de la gestión sanitaria de su partido en el Ejecutivo regional y dando protagonismo a la exconsejera de Sanidad, Verónica Casado. Vox vive un momento dulce ante el impulso a nivel nacional que le otorgan todos los sondeos y está llevando a cabo una cómoda campaña, con participación de varias figuras relevantes del partido en actos en diferentes puntos de la región.
Unidas Podemos, por su parte, aspira a mejorar los dos procuradores que logró en los últimos comicios -a los que acudió por separado de Izquierda Unida mientras que ahora se presentan unidos- y su candidato, Pablo Fernández, se está rodeando de buques insignia del partido en la última semana de campaña. Yolanda Díaz le acompañó este jueves en un acto en Castronuño (Valladolid) y en el acto de cierre de campaña estará escoltado por la líder de Podemos, Ione Belarra, el ministro de Consumo, Alberto Garzón y la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Los datos de participación que se vayan conociendo a lo largo de la jornada del domingo serán clave para intuir como podría resolverse la noche electoral. Una baja participación, según varios analistas, podría beneficiar al bloque de la izquierda mientras que una mayor movilización podría garantizar a Mañueco continuar en el poder. Los resultados del domingo permitirán saber si las estrategias de los partidos han sido efectivas a la hora de atraer a estos electores indecisos o si, por el contrario, solo han terminado de convencerles de quedarse en casa y no acudir a votar.
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