Las existencias finales de vino a 31 de diciembre en Castilla y León crecieron casi un tercio en el último lustro, al pasar de los 2,89 millones de hectolitros con los que se cerró 2017 a los 3,76 millones de hectolitros totales que figuraban como existencias finales en la Comunidad, tal y como aparece en el Informe del Vino (Infovi) realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación al finalizar el año 2021.
No obstante, y a pesar del crecimiento experimentado al comparar los datos a 31 de diciembre de 2021 con los de la misma fecha de 2017, sí que se observa un ligero decrecimiento en las existencias finales de vino en Castilla y León entre el año recién finalizado y 2020, ya que en el primer año de pandemia, los hectolitros totales de vino existentes a 31 de diciembre fueron 3,79 millones, un 0,77 por ciento por encima de los 3,76 del 2021, según los datos a los que ha tenido acceso Ical.
En total, a 31 de diciembre de 2021, las existencias finales de tinto y rosado a granel ascendieron a 2,21 millones de hectolitros, mientras que las de este tipo de vino envasado alcanzaron los 435.155 hectolitros. En cuanto al vino blanco, se llegó a los 1,04 millones de hectolitros a granel y 74.454 de blanco envasado. Así, la cantidad de vino envasado en las existencias finales fue inferior al de 2020, mientras que a granel se contaba con un número mayor de hectolitros.
En todo caso, las existencias finales de vino en Castilla y León a 31 de diciembre de 2021 fueron superiores al resto de anualidades del último lustro a excepción de 2020, tanto en relación a 2019, cuando se alcanzaron los 3,49 millones de hectolitros (un 7,15 por ciento menos), como con respecto a 2018, ya que los 3,37 millones de hectolitros de existencias finales de entonces suponen un 10,4 por ciento menos que los recabados a 31 de diciembre de 2021.
Castilla y León se sitúa así, con los datos notificados hasta esa fecha, como la cuarta comunidad a nivel nacional en la cantidad de existencias finales de vino, tan solo por detrás de Castilla-La Mancha, Cataluña y La Rioja, que comunicaron, respectivamente, 21.636.247, 6.225.115 y 6.177.053 hectolitros.
Esta situación se debe, como explica el vinicultor burgalés y coordinador estatal de la Unión de Uniones, José Manuel de las Heras, a una confluencia de factores que no solo afectan a Castilla y León, sino al conjunto del país y de toda Europa, como son el 'bréxit', dado que Reino Unido es un país que “importa mucho vino de España”, y la pandemia de Covid-19.
“Llevamos dos o tres años malos en consumo, porque el canal Horeca ha disminuido”, apunta el bodeguero burgalés, que no obstante considera que la situación “no es alarmante” y, sobre todo, “va normalizándose”, como señala al recordar que los datos de existencias finales ya comenzaron a descender este año con respecto al anterior.
Producción
También disminuyó, a nivel interanual, la producción. Y es que, en relación a la acumulada cada año entre el 1 de agosto y el 31 de diciembre, Castilla y León finalizó 2021 con 2,06 millones de hectolitros, un 0,5 por ciento menos que los 2,07 millones de 2020 aunque un 63,74 por ciento por encima de los 1,26 millones de hectolitros de vino producidos en el año 2017 entre caldos tintos, rosados y blancos.
La evolución de esta cantidad no ha sido tan progresiva como la de existencias finales. Así, con respecto a 2021, no solo en 2020 la producción fue mayor, sino que el pico del último lustro se alcanzó en 2018, con 2,24 millones de hectolitros, mientras que en el año 2019, la producción también fue menor que en el último año al registrarse 1,87 millones de hectolitros totales.
En relación exclusivamente a 2021, los 2,06 millones de hectolitros totales se dividieron entre los 1,12 millones de vino tinto y rosado y los 944.175 de vino blanco. Mientras, la entrada de uva tinta se situó en 153,45 millones de kilos y la de blanca en 131,66 millones, sumando un total de 285,12 millones de kilos.
Por todo ello, y en relación a la producción, se mostró más cauto De las Heras, dado que “ha decrecido este año en España cuando en Europa ha habido porcentajes más elevados”, por lo que llamó a Castilla y León a imitar a aquellas comunidades que han prohibido el aumento de plantaciones ante mercados muy estabilizados donde “no conviene crecer”, lamentando así que en determinadas denominaciones se mantengan abiertas las transferencias, algo que calificó como “peligroso” y que “hay que cortar” para evitar “movimientos especulativos de fondos de inversión que pretendan entrar” en estos mercados. Pidió por ello el coordinador estatal de Unión de Uniones, “regular el crecimiento” en Castilla y León.