El Gobierno invertirá 200 millones en la red de transporte de electricidad hasta 2026 en Castilla y León
El borrador de la planificación, que se aprobará en Consejo de Ministros, recoge el apoyo a la distribución, nuevos corredores y la alimentación a los ejes ferroviarios, a las que se sumará la integración de renovables
13 marzo, 2022 11:52Juan López / ICAL
El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) invertirá en Castilla y León alrededor de 200 millones de euros en la red de transporte de electricidad (RDT) hasta 2026, de un total de 2.200 millones en el conjunto de España para esta materia. Esta cifra incluye infraestructuras en la Comunidad de apoyo a la distribución, nuevos corredores y la alimentación a los ejes ferroviarios, a las que se sumará otra partida para la integración de renovables que se estima en 2.031 millones en total y que aún no figura territorializada.
Así se desprende del borrador de la propuesta de RDT de energía eléctrica para este próximo periodo, al que tuvo acceso la Agencia Ical, y que se llevará al Consejo de Ministros esta semana o la siguiente, según apuntaron fuentes del Ejecutivo central. En total, el documento recoge una inversión de casi 7.000 millones que permitirá un ahorro de costes del sistema superior a a los 1.600 millones.
Estas medidas repercutirán en Castilla y León con una cifra de 182 millones para nuevas actuaciones y otros 20 millones para consolidar la red de partida. Con esta cifra, la Comunidad es la séptima que más inversión absorbe al respecto en infraestructuras de nuevo cuño, lejos de Andalucía (412 millones), que lidera la tabla, Cataluña (376) y Castilla-La Mancha (374). Aparte, Islas Baleares recibirá un impulso de 1.134 millones, vinculado a los enlaces como territorio insular, mientras que Canarias tiene asignados por este criterio 139 millones, y 212 la Ciudad Autónoma de Ceuta.
El plan, que verá la luz en los próximos días, pretende “contribuir a seguir garantizando el suministro eléctrico con altos niveles de calidad” e impulsará, expresaron fuentes gubernamentales, la integración del sistema eléctrico nacional en el Mercado Interior de Electricidad Europeo. Además, supondrá “una palanca para la recuperación económica española” por la inversión definida en el mismo, que “contribuirá a crear actividad y empleo industrial”.
Durante el periodo de información pública del documento, éste recibió en Castilla y León 152 propuestas aportadas por los protagonistas del sector, el once por ciento del total nacional, que fue de 1.335. En la Comunidad fueron presentadas por el Gobierno autonómico, Red Eléctrica de España (REE), en calidad de operador del sistema, y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que elaboró un informe con sus recomendaciones sobre las implicaciones económicas de las inversiones planteadas y su impacto en la sostenibilidad económico-financiera del sistema eléctrico.
Red de partida
Así, tal y como detalla el plan en su análisis pormenorizado, la red de partida, que contará con unos 20 millones de euros, está compuesta por cuatro infraestructuras ya puestas en marcha en 2019 y 2020: la subestación de Ciudad Rodrigo, de 400 kilovoltios, construida para alimentar el eje ferroviario; así como una nueva reactancia en Aldeadávila (Salamanca) y la ampliación de las subestaciones de Cerrato (Palencia) y Las Arroyadas (Valladolid), las tres para la integración de renovables.
Además, se pondrán en servicio antes de terminar 2023 otras ocho actuaciones. Una de ellas de alimentación ferroviaria, la ampliación de la subestación de Villamayor (Salamanca); y las otras siete para renovables: la repotenciación de cuatro líneas de 400 y 220 kilovoltios, la ampliación de las subestaciones de Tordesillas (Valladolid) y Buniel (Burgos) y la eliminación de una línea en Renedo (Valladolid), que conlleva el alta de dos líneas hacia La Mudarra y Palencia, respectivamente.
Nuevas infraestructuras
El documento recoge el apoyo a la red actual de distribución con una inversión de 16 millones, que se concreta en la ampliación de las subestaciones de Villarino y Saucelle (Salamanca), Alcocero de Mola (Burgos) y Vilecha (León); la construcción de la nueva subestación en Aranda y, en ella, una nueva entrada-salida de la línea La Mudarra-Almazán; y otra nueva en Villatoro (Ávila) y conexión a la línea Villalbilla-Ayala.
Igualmente, se destinará un millón de euros para la alimentación del eje ferroviario de la línea Burgos-Vitoria, con la ampliación de la subestación de Briviesca (400 kilovoltios); y dos millones para la Palencia-Santander, con la extensión de las subestaciones de Herrera de Pisuerga y la cántabra de San Miguel de Aguayo (ambas de 400 también).
Integración de renovables
En cuanto a la integración de las energías renovables en la red general, el borrador prevé una partida de 33 millones de euros para el nuevo corredor Castilla y León-La Rioja, que permitirá la conexión eléctrica de las subestaciones existentes en Magaña (Soria) y Santa Engracia (La Rioja).
El proyecto establece además cuatro puntos de conexiones en renovables. El primero, con seis millones de euros, en Briviesca (Burgos), con una nueva subestación y enlace a la línea Grijota-Vitoria; el segundo, con una partida de 15 millones, en Villalbilla (Burgos), para otra subestación, la conexión con la misma línea que la de Briviesca y un transformador de 400-220 kilovoltios; la tercera inversión, prevista en siete millones, se realizará en Urueña (Valladolid), también con una nueva subestación y enganche a la línea Villarino-Grijota; y por último, seis millones para otra nueva subestación en Piedrahíta (Ávila) y enlace a la línea eléctrica.
Posteriores a 2026
Por último, se observan en el documento dos actuaciones con puesta en servicio posterior a 2026 en Castilla y León. Se trata de la línea de doble circuito Almazán-Medinaceli (400 kilovoltios), para la integración de renovables; y la ampliación de la subestación Montearenas (también de 400), en El Bierzo, para almacenamiento. Esta segunda infraestructura es bombeo catalogado como Proyecto de Interés Común (PIC) por la Unión Europea, pero no forma parte del escenario de estudio del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.