La medida ya nació polémica. El pasado 21 de marzo el Congreso dio luz verde a las modificaciones de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, que eliminaba, entre otros aspectos, la posibilidad de sobrepasar en 20 km/h la velocidad límite en cada vía para adelantar a un vehículo.
Asociaciones de automovilistas y profesionales de la carretera se echaban las manos a la cabeza: ¿Y cómo se va a poder adelantar ahora con seguridad?
La DGT ha anunciado que para evaluar si la medida es correcta, hacen falta datos, por lo que se ha dado de plazo un año para decidir si la mantiene o no. Pero lo cierto es que los datos de siniestralidad se han incrementado en España y también en Castilla y León. Ayer este periódico informaba de que, en lo que va de año, han muerto en las vías interurbanas de la Comunidad 35 personas hasta el pasado 5 de mayo. Es decir, 35 muertos en poco más de cuatro meses de 2022.
Según datos del Ministerio del Interior, el pasado mes de abril, primero en el que se ha aplicado esta medida restrictiva, cerró con 99 fallecidos en las carreteras españolas, lo que supone 25 más que en abril de 2019. La mayor parte de este incremento mortal, además (21), fallecieron en siniestros ocurridos en vías convencionales, es decir, de doble sentido.
En Castilla y León, por su parte, fueron once personas más las que murieron en el pasado mes de abril en accidentes ocurridos en estas vías, con respecto al mismo mes de 2019 hasta los 16 fallecidos.
Pero ¿se ha debido a la imposibilidad de superar el límite en 20 km/h para adelantar? Es pronto para saberlo dado que pueden concurrir distintos factores, entre otros, el aumento de los desplazamientos por carretera. Sin embargo, la Asociación Europea de Automovilistas (AEA), considera que esta restricción "no tiene ningún sentido porque el adelantamiento en estas vías debe hacerse lo más rápidamente posible para que sea seguro".
Además, el presidente de esta asociación, Mario Arnaldo, denuncia que cuando se presentó el anteproyecto de Ley, "no se presentó ningún informe técnico ni económico que lo avalara".
Desde 1974 las carreteras se han diseñado para adelantar "en el menor tiempo posible" para reducir así al máximo la posibilidad de impacto frontal. De hecho, el primer límite de velocidad se introdujo ese año contemplando un margen de seguridad que permitía sobrepasar en 20 km/h ese límite "para que los adelantamientos fueran seguros". Una medida que ha quedado suprimida desde el pasado 21 de marzo y que sólo existía en España dentro de la UE.
"No tiene ningún sentido. Si se adopta esta medida, es necesario entonces cambiar toda la señalización de las carreteras, cosa que no se ha hecho", indica Arnaldo.
En este sentido, el presidente de la AEA subraya que eliminar este margen supone "crear infractores donde no los había, impidiendo un adelantamiento lo más rápido y menos peligroso posible".
Arnaldo recuerda que la siniestralidad en carretera se redujo en el momento en el que "muchas carreteras pasaron a ser autovías" cuando se mejoró la red de carreteras desde 1989, evitando así millones de desplazamientos en los que existía el peligro de colisión frontal.
A todo ello hay que sumarle ahora la propuesta de la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, de reducir la velocidad máxima en las autovías de 120 a 110 km/h para "consumir menos energía", como aviso al escenario con el que podría encontrarse Europa con la crisis de los combustibles tras la guerra desatada por Putin en Ucrania.
La tecnología como aliado de la seguridad
El parque automovilístico ha experimentado un profundo cambio en las últimas dos décadas, no sólo en lo referente a los motores sino, además, en la aplicación de tecnología que permite combinar seguridad con prestaciones.
"Ahora mismo la mayoría de los coches te obligan a ponerte el cinturón para dejar de oír un molesto pitido continuo. Eso salva vidas. La tecnología. Y lo mismo ocurrirá a partir de julio cuando los vehículos de pasajeros, como los autocares o autobuses, incorporen un sistema que impida el arranque si el conductor ha bebido", indica Arnaldo. Medidas que ponen el foco en evitar el problema en vez de castigarlo cuando el fatal desenlace ya ha ocurrido.
"Todos queremos que no haya siniestros en carretera, pero esto se consigue más aplicando tecnología de prevención y de seguridad, que con medidas como no poder adelantar lo más rápido, y por ende, lo más seguro posible", concluye.