La decisión del Senado de aprobar la reforma de la Ley de tráfico, incluida la enmienda socialista de eliminar el margen de 20 km/h para adelantar en carreteras convencionales, ha traído consigo la indignación de un buen número de asociaciones automovilísticas.
El artículo en cuestión (21.4) dice así: “Las velocidades máximas fijadas para las carreteras convencionales, excepto travesías, podrán ser rebasadas en 20 km/h por turismos y motocicletas cuando adelanten a otros vehículos que circulen a velocidad inferior a aquellas”. El principal motivo que alegó el director general de Tráfico Pere Navarro fue que “casi el 80% de los accidentes mortales se producen en carreteras secundarias. La gran mayoría, por salidas de la vía provocadas por excesos de velocidad y por distracciones. Permitir superar en 20 km/h el límite para adelantar incita a superar los límites”.
Sin embargo, María José Alonso de Arriba (vicepresidenta de la Plataforma Motera para la Seguridad Vial), en declaraciones a EL ESPAÑOL, considera que este argumento es falso: “No hay ni un solo estudio donde se demuestre que el fallecimiento por impacto frontal sea debido a la velocidad adquirida en una maniobra de adelantamiento”. Algo parecido expresa Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados: “Nos hubiera gustado que esta propuesta se hubiera complementado con algún mínimo informe técnico que la avalara. Es una barbaridad”.
La polémica viene, en gran medida, por la falta de explicaciones al respecto, más aún cuando “somos bastantes organizaciones y profesores de autoescuela quienes coincidimos en que es una barbaridad”, cuenta Alonso de Arriba indignada. Incluso Rosa María García, directora general de la Fundación CEA (Comisariado Europeo del Automóvil) y partidaria de la reforma (“estamos de acuerdo porque el grueso mayor de accidentalidad diaria está en las carreteras convencionales”), entiende que faltan avales técnicos: “Me parece bien que otras asociaciones pidan que se demuestre. También podría ser necesario para convencer al automovilista, pues aceptamos más amablemente lo que entendemos”.
Modelo europeo
Otra de las justificaciones de la DGT para esta decisión es que se trata de una medida de los años 70 y que, además, es única en Europa. Pero Alonso de Arriba no entiende que esto sea un problema, más bien al contrario: “Una medida que está tomada desde los años 70 y que, por tanto, lleva impuesta tantos años, no será tan mala”. Para ella, si no funcionara se habría cambiado mucho antes, como en la reforma de 2003.
En la misma línea, Arnaldo cree que se ha pretendido justificar con que en ningún otro país existe esta norma, pero que no se tiene en cuenta la explicación: “La distancia de visibilidad de los adelantamientos es diferente en cada país. En Reino Unido son tan diferentes que tienen el volante a la derecha”. Por otro lado, apela a que la configuración de las carreteras y la norma técnica utilizada en el resto de Europa es distinta: “Si eliminan el margen de los 20 km/h, tendrían que señalizar de nuevo los 148.000 km de carreteras que hay en España. Cualquier ingenio sabe que en dos de cada tres puntos donde ahora se puede adelantar, ya no se podrá”.
Además, para la vicepresidenta de PMSV esta explicación de querer asimilarse a los países del continente cae en contradicciones. En su opinión, “en otros países europeos sí existe lo que ellos pretenden hacer ahora: las carreteras 2+1”, por lo que eliminar la normativa sin tener preparadas aún estas carreteras va a equivaler a “un experimento donde, por desgracia, van a caer muchas personas”. Y es que la maniobra de adelantamiento es la más peligrosa que hay.
A Rosa María García, de CEA, le parece bien la nueva norma porque “las estadísticas de mortalidad indican que el grueso se origina en carreteras convencionales”. Ella lo vincula al hecho de que un choque frontal a esas velocidades es prácticamente mortal. En su caso, aunque no tenga notificación de informes que lo justifiquen, cree que se trata de una medida preventiva. Mario Arnaldo, sin embargo, no se muestra tan confiado de que este tipo de intentos den buenos resultados: “La gente no lo va a respetar, se van a realizar adelantamientos antirreglamentarios. Si quieres hacerla segura, pon un muro en medio”.
Más multas
Alonso de Arriba tiene claro que la motivación real de esta medida es el afán recaudatorio: “Es una medida para que la DGT tenga una baza a la que agarrarse y no tirar atrás la multa recurrida. Esa es la verdadera razón”. La vicepresidenta de PMSV hace referencia a una situación que la AEA puso de manifiesto tiempo atrás: al situar radares en carreteras convencionales, muchas multas venían derivadas de momentos de adelantamiento –donde estaba permitido circular más rápido–. Al recurrirlas, acababan siendo desestimadas. “No se ha debatido, no hay justificación. Lo que quieren es sancionar a la gente, ya que las sentencias que analizamos indicaban que se estaban poniendo más multas de las debidas”, explica Arnaldo.
Por otro lado, Arnaldo también reclama informes económicos, ya que las acciones necesarias para señalizar de nuevo todas las carreteras implicarán un gran coste del que dice no saber nada. Y zanja denunciando un trato injusto: “Cuando se redujeron los límites de velocidad, en carreteras convencionales con arcén, de 100 a 90 km/h, también se permitió aumentar el límite de velocidad de 80 a 90 km/h a los camiones. Luego se permitieron vehículos más grandes. Por tanto, nos encontramos con que su tamaño es mayor, van más rápido, y encima ahora nos reducen ese margen de 20 km/h… es una barbaridad”. Ahora, la reforma de la Ley de Tráfico llegará nuevamente al Congreso donde, esta vez sí, todo hace indicar que será aprobada.