¿Qué harías si te dijeran que la óptica llega en furgoneta a tu pueblo? Seguramente sorprenderte, pero así es. Esta es la iniciativa que desde hace unos meses lleva a cabo Daniel Paniagua con su empresa Gafasvan. Un vallisoletano que ha decidido emprender un nuevo negocio con el objetivo de “buscar oportunidades dentro de su propio pueblo”.
Él ha vivido durante años en Lima (Perú) con su mujer. Cada día para ir al trabajo tenía que desplazarse nueve kilómetros y perdía una media de dos horas. Pese a que no fue el motivo principal que lo llevó a tener esta idea, sí que le sirvió para darse cuenta de que “no era la vida que quería” y que “buscábamos un ritmo más tranquilo”.
“He montado una óptica tradicional en Mayorga, mi pueblo, y a mayores me desplazo con una furgoneta por la zona de Tierra de Campos”, ha informado el dueño de Gafasvan. Un inicio que no fue “demasiado difícil” puesto que ya le conocían en la zona. Sin embargo, sí que costó más en el resto de las localidades a las que da cobertura, que son Villalón de Campos, Villada, Villarramiel y Villalpando. En estas zonas se han ido acostumbrando mediante los carteles y anuncios que lleva en el vehículo, un hecho que ha provocado que “la gente se acerque, aunque sea a preguntar y ya conozca el servicio”.
“Me muevo siempre de martes a jueves. Los lunes y viernes son los únicos días que estoy en Mayorga, en la óptica. Estoy en cada localidad desde las 9:30 de la mañana hasta las 13:30 horas; no voy a demanda. Intento que la gente interiorice los días que voy a estar allí para poder atenderlos”, ha afirmado Paniagua.
Este nuevo proyecto con el que lleva desde enero sirve para todas aquellas personas que viven en el mundo rural y que les supone un inconveniente tener que acudir a la ciudad. Lo cierto es que el principal cliente objetivo es la gente mayor por los “desplazamientos”, pero también destaca que hay muchos niños que aprovechan el tiempo libre de los recreos para graduarse las gafas o mirarse la vista y “evitar que los padres tengan que ir a la capital un día”. “Hay gente que no se ha comprado nunca lentillas porque no tenía la oportunidad de moverse tres o cuatro veces a la ciudad”, ha asegurado el dueño de Gafasvan.
Él lo define como un proyecto “de vida” para sí mismo y su familia porque “en el pueblo hay de todo, incluso cosas por demás. Es el mejor momento para vivir en el medio rural”. Además, ha confirmado que “no fue una aventura” sino que estaba todo “perfectamente planeado” mediante un estudio previo en el que vieron si podía funcionar.
Ampliar el servicio a otras zonas de la Comunidad
Respecto a si tiene pensado ampliar el servicio por otras zonas de Castilla y León, Daniel Paniagua responde: “Yo no tengo capacidad para ir a más sitios, llego a donde puedo e intento que el desplazamiento no me lleve más de 20 minutos porque sino me come el tiempo de trabajo. No puedo llegar a más sitios”.
Lo cierto es que en esta zona se da el caso de que muchas localidades están “bastante alejadas” de la capital. Como sucede en Mayorga, por ejemplo, donde asegura que hay un trayecto de una hora. Por ello, decidió “ayudar” a aquellas personas que no se podían estar desplazando continuamente y “facilitar los servicios” a los de los pueblos colindantes.
“El 98% de las personas mayores de 65 años necesita gafas y no tiene facilidades para conseguirlas. También ocurre lo mismo con los niños, el 30% del fracaso escolar se debe a problemas en la visión y ellos no pueden moverse solos”, ha aseverado Paniagua. Asimismo, ha confirmado que mediante este negocio da cobertura a 7.000 habitantes.
"Más iniciativa"
La falta de negocios en los pueblos se debe a la “falta” de iniciativa. El creador de Gafasvan ha aseverado que “si el discurso que impera es el de que no tenemos nada, lo que habrá es que crear oportunidades”.
“No es falta de dinero ni de apoyo político, siempre tendemos a quejarnos de los demás, pero hay dinero para montar negocios. Lo que falta es iniciativa, ejemplos o conocimiento. Lo fácil y sencillo es decir que vamos a dar ayudas, el problema es que nadie te dice cómo se puede desarrollar una idea, qué hay que hacer para llevarla a cabo. Ideas tiene cualquiera, lo complicado es ponerlas en marcha”, ha asegurado Paniagua.
Mucha gente se marcha de los pueblos a la ciudad porque es cierto que las personas que se quedan saben que se tienen que “autoemplear”. Faltan empresas que “den trabajo a muchas personas”. Sin embargo, ha recalcado que existen “infinitas oportunidades”, quizá solo haya que saber verlas.