A finales de julio España ponía sobre la mesa una nueva forma de sumisión química entre los abusadores sexuales que pusó en alerta a toda la sociedad. El pinchazo con una jeringuilla. Desde entonces, el 'boom' de estos casos fue creciendo sin parar, llegando a Castilla y León la primera denuncia el 2 de agosto. Una mujer de 31 años aseguraba haber sufrido uno de estas agresiones durante un concierto en Santander tres días antes.

Las cifras comenzaron a aumentar sin precedentes durante el primer mes y medio, momento en el que la subdelegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, hizo balance y notificó un total de 20 denuncias de supuestos pinchazos de sumisión química en la Comunidad. Sin embargo, esta cifra se ha visto disminuida considerablemente en este último mes, ya que Guardia Civil y Policía Nacional han anotado un total de 8 denuncias, lo que supondría 12 pinchazos en el mismo periodo de tiempo con respecto al anterior dato. Es decir, una caída de más o menos el 40%.

La segunda denuncia en Castilla y León ocurrió tres días después, cuando una joven de 22 años aseguró haber sido víctima de un pinchazo en el Barrio Húmedo de León. Fue este caso el primero ocurrido en la Comunidad. Los hechos sucedieron cerca de las 03:30 horas de la madrugada de aquel día, y la supuesta víctima fue trasladada por agentes de la Policía Nacional hasta el centro sanitario, donde fue sometida a las pruebas correspondientes. Sin embargo, todas ellas desembocaron en que no se trataba de ningún pinchazo de sumisión química y que seguramente era la "picadura de algún insecto". 

Nuevamente tres días después, el 8 de agosto, llegó la tercera denuncia y esta vez fue en uno de los acontecimientos sobre los que se alertó de manera más intensa por parte las autoridades, en un festival, concretamente en el Covaleda Fest de Soria. Lo particular de este caso, además de tratarse de un evento masivo, fue que la denunciante era una menor de edad, la primera en la Comunidad.

Cabe reseñar que de las 28 denuncias registradas en Castilla y León, ninguna de ellas ha dado positiva en alguna sustancia estupefaciente en las pruebas toxicológicas correspondientes, aunque todavía queda por conocer los resultados de las tres últimas, que se han producido hace escasos días. Ahora bien, Barcones ya advirtió el pasado 16 de septiembre que "pinchar, aunque no se inyecte nada, también es un delito".

Del total de denuncias, 24 de ellas han sido interpuestas por mujeres, mientras que cuatro hombres también acudieron hasta la Guardia Civil o Policía Nacional por ser supuestas víctimas de pinchazos químicos. El primero de ellos fue un varón en la provincia de Segovia, concretamente en Navafría durante sus fiestas patronales el 12 de agosto. 

Por provincias, León y Salamanca encabezan la clasificación con mayor número de denuncias con un total de seis cada una, siendo en ambos casos cuatro de ellas denunciadas en la provincia, lo que evidencia que durante el verano en las fiestas de los pueblos eran un nicho, al menos, donde proliferaban estos casos con mayor asiduidad. 

Ávila, Soria y Zamora se encuentran en el otro lado de la balanza, con una única denuncia registrada. Estos fueron en la provincia en los dos últimos casos y en la capital en el primero de ellos. Palencia y Burgos se sitúan en la zona media con tres denuncias cada una, además en el caso de Palencia destaca que todas ellas se han producido en la capital, en contraposición con lo ocurrido en los lugares con un número de denuncias.

Valladolid, la provincia con mayor número de habitantes en Castilla y León, ha registrado un total de cinco denuncias por pinchazos de sumisión química, siendo dos de ellas en la provincia y otras tres en la capital del Pisuerga.

Un cúmulo de denuncias que, tal y como se explicaba al principio de este artículo, ha sufrido una caída del 40% durante el último mes, ya sea por pérdida de presencia entre los temas de actualidad y ha hecho que los presuntos agresores disminuyan su interés en esta desagradable moda, o el descenso de los festivales, fiestas y macroeventos típicos del verano.

Precisamente, ninguno de estos presuntos agresores ha sido identificado, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León con fuentes de la Subdelegación del Gobierno en la Comunidad.

En cualquiera de los casos, una moda que ha puesto en alerta a autoridades, asociaciones y sociedad castellana y leonesa que durante este pasado verano sufrió un importante 'boom' de supuestos pinchazos por sumisión química y que en la actualidad, tras varias campañas de concienciación y final de la época estival, ha visto cómo estos casos se han ido reduciendo drásticamente.